Ha sido una tendencia generalizada, así que no es raro que los estudios de situación de mercado de 2022 y 2023 hablen al mismo tiempo de incremento y de caída de las ventas. El crecimiento viene por el lado del valor. Es decir, lo que se ha gastado el cliente en el supermercado. La reducción, por lo que ha comprado el consumidor con ese dinero, que es menos que otros años. Pero parece que el viento empieza a cambiar de dirección y que la venta de alimentación vuelve a ir al alza en 2024. No solo eso, sino que lo seguirá haciendo durante casi un lustro. Esta promesa sabe a gloria para quienes se dedican al mercado de la inversión inmobiliaria, que esperan ver volver las grandes operaciones en un sector que la pandemia puso en el centro del foco, y al que la incertidumbre económica y el alto coste de la deuda han restado brillo.

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