La tragedia de más de 90 migrantes muertos en el naufragio de Calabria se podía haber evitado. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Fiscalía de Crotone (sur), que este martes ha imputado formalmente a seis representantes de las fuerzas del orden italianas por no haber evitado la muerte de los migrantes que fallecieron ahogados el 26 de febrero de 2023, a escasos metros de la costa italiana, lo que provocó conmoción en toda Europa.
Los acusados han sido imputados por homicidio culposo múltiple y naufragio culposo. Entre ellos se encuentran cuatro oficiales de la Guardia de Finanza, la policía aduanera, y dos de la Guardia Costera italiana, aunque los primeros podrían enfrentarse a castigos más graves, de acuerdo con la reconstrucción hecha por la fiscalía, que ha preparado el caso durante más de un año y ha entregado miles de documentos.
La razón es que la Guardia de Finanza habría suspendido las búsquedas y regresado al puerto sin informar a los guardacostas, que contaban con mayores recursos para enfrentar la tempestad en curso aquella noche. Además, también habrían falseado los diarios de a bordo, de acuerdo con información filtrada a la prensa italiana.
Comunicación fallida
La ausencia de una comunicación desde la capitanía de puerto de Vibo Valentia evitó así que se declarase la necesidad de una operación de Búsqueda y Rescate, lo que habría forzado la intervención de los guardacostas. Eso no ocurrió, ya que los agentes se habrían resistido a activar el operativo de salvamento. En este contexto, según el razonamiento del fiscal Pasquale Festa, la principal responsabilidad de los guardacostas sería no haber actuado y haber dejado que se ocupase solo la Guardia de Finanza, como si fuera un mero asunto policial, y no una situación de emergencia humanitaria.
El comportamiento de los agentes habría provocado de esta manera que la embarcación con los migrantes siguiese en el mar y luego se estrellase —por una maniobra arriesgada de los traficantes— contra un banco de arena, lo que provocó el naufragio, con la muerte de las más de 90 personas, entre ellos 35 niños. Solo supervivieron 81 migrantes, ahora reconvertidos en testigos del terrible naufragio, por el que ya en 2023 fueron detenidos los traficantes que comandaban la barcaza.