Antes de que la votación final del Congreso confirmara el rechazo de la cámara a la toma en consideración de la proposición de ley para la reforma de la ley de extranjería que pondría en marcha un mecanismo vinculante de distribución de menores migrantes entre todas las comunidades autónomas, los grupos habían protagonizado un debate que advertía claramente de la dificultad para alcanzar algún tipo de acuerdo mínimo. PSOE y PP se cruzaron desde la tribuna todo tipo de reproches y se acusaron mutuamente de ser responsables del bloqueo de la medida, mientras la mayoría del resto de grupos parlamentarios dejaron claro también que el texto propuesto necesitaba de modificaciones para dar su apoyo definitivo.

Fuente