“Una estructura organizada” y “piramidal”, basada en «relaciones de jerarquía y afinidad», en cuya «cúspide» se encontraba Carles Puigdemont y que, además, contaría con diferentes niveles de participación en los que intervenieron casi una veintena de personas. Su objetivo era “contar con el reconocimiento” de la Federación Rusa, por lo que mantuvieron contactos con ciudadanos de ese país “para lograr la independencia por la vía unilateral de Catalunya”. Esa es una de las principales conclusiones incluidas en un informe de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, bautizado como Operación Troya, que ha sido entregado al juez de Barcelona Joaquín Aguirre, que investiga la presunta trama rusa en el ‘procés’. Los agentes ha analizado los teléfonos móviles de varios investigados, entre ellos el de Víctor Terradellas, que fue amigo de Carles Puigdemont y exresponsable de relaciones internacionales de CDC, y Josep Lluís Alay, actual jefe de la oficina del expresidente.

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