Imagina que estás viendo a Karol G en Madrid, con la intensa lucha (y desembolso) que ello supone, y aparece la reina del pop detrás de una nube de humo y tras una breve presentación de la colombiana que afirmó, en el segundo concierto que llenó en el Bernabéu, que había invitado a una de sus artistas favoritas durante la adolescencia. Como si del mítico programa «Lluvia de estrellas» se tratara, aparecía la mismísima Amaia Montero, la vocalista que lanzó a La Oreja de Van Gogha las listas de grandes éxitos cantando un ‘Rosas’ que apenas se escuchó entre el clamor del público.

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