La villa de Agaete se echa a las calles desde este fin de semana para celebrar una de las fiestas con más tradición de Gran Canaria, una celebración que clava sus raíces en los tiempos prehispánicos y que continúa congregando a miles de personas, como cada cuatro de agosto, en uno de los rincones más pintorescos de la Isla. Este año lo hace, además, con la garantía de convertirse en una ícono que trasciende fronteras, según anunció ayer el ayuntamiento, que dio a conocer el comienzo del proceso par a convertir este nombre, La Rama de Agaete, en una marca registrada que permita conservar y proteger un legado histórico que se mantiene de generación en generación.

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