La solidaridad de 15 personas de Gran Canaria ha permitido que Myroslava Laputska, una niña de dos años de nacionalidad ucraniana que huyó de la guerra junto con sus padres, cuente con un carrito adaptado a sus necesidades. De hecho, solo en unas horas, consiguieron reunir más de 2.000 euros para invertirlos en la compra de esta silla. Y es que la pequeña sufre una parálisis cerebral, un trastorno que afecta a su movilidad, al control de las posturas y al tono muscular, por lo que necesita disponer de recursos adecuados a su condición.

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