Alfonso Pastor afronta la pretemporada con la ilusión de competir por un puesto junto a Andrés Fernández tras haber vivido un año inusual en su trayectoria profesional. El portero, en dinámica de primer equipo desde que aterrizó en el Ciutat de València el pasado invierno, empieza a ver la luz al final del túnel a base de trabajo, constancia y una fuerza mental en el día a día que le ha servido para ganarse a los técnicos de la casa, que consideran que la portería del Levante está muy bien cubierta con la presencia de los dos metas. Su actitud y su rendimiento en los entrenamientos le han garantizado un puesto en la plantilla de Julián Calero pese a que, según se acordó cuando se abordó su fichaje, su condición en la 24/25 iba a ser como jugador de primer equipo. Sin embargo, desde las profundidades del club se descartó cederlo y se apostó por mantener sus servicios. Una apuesta que le devuelve la felicidad a Alfonso Pastor, que tras tener minutos en los dos primeros amistosos del periodo estival, vuelve a sentirse futbolista

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