En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus «Crónicas perplejas».
Cuando veo una cucarachaen casa se me acelera el corazón. Me subo al sofá y me quedo allí paralizado, observando a ese bicho horrible, sin saber qué hacer, ni cómo matarla; planteándome huir, quemar la casa, llamar a la Policía.
Tuve una novia que no tenía miedo a las cucarachas. Fueron los mejores tres años de mi vida. Pasaba los veranos a su lado. Me sentía a salvo. Si alguna curiana entraba en el piso, estaba pisoteada en segundos. A veces el amor se construye sobre cimientos desconcertantes.
Nada me da más miedo que el miedo. Ese trueno que nos sacude por dentro. Que nos paraliza. Que nos empequeñece. Madurar es batallar contra nuestros propios temores. Madurar es sobrevivir a nuestras dudas. Madurar es no salir corriendo tras cada revés de nuestra vida.
No son las cucarachas, o las serpientes, o lo que sea que a usted le aterre… es algo más profundo. Es creernos vulnerables. Es creernos diminutos ante un mundo que a veces se muestra incómodo e inesperado.
No quiero tener miedo. Pero el miedo es parte de lo que soy. Ser valiente no es vencer al miedo, sino aprender a convivir con él.
Somos lo que tenemos, pero no podemos olvidar, que también somos lo que nos falta.