¿Cómo recibió la invitación para actuar en el Festival Internacional de Jazz de Las Palmas de Gran Canaria?
Fue a través de mi mánager, con One World Records, que hace poco sacaron mi último álbum de estudio -los dos primeros corrieron de mi cuenta-, el disco Yoruba Odyssey. He estado en varios festivales en Europa y no me acuerdo dónde, en Marruecos creo que fue, nos ofrecieron la oportunidad de poder estar aquí. El cartel del festival está genial y estoy muy contento de actuar aquí y de que mi música vea la luz. La música en directo es importante.
Ha estado de gira por Europa en 2023. El tipo de música que hace, este jazz mezclado con afrobeat, funk o soul… ¿Cómo siente que se recibe en este continente en comparación con cómo se recibe en Nigeria?
He estado girando por Europa durante más de 16 años. También estudié aquí. Siempre ha sido mi sueño, desde que me fui, intentar ver cómo puedo reinventar la música africana. Otras leyendas lo han hecho, como Fela Kuti, que ya intentó influir en cómo sería el sonido del jazz mundial. Siempre he pensado en cómo podía hacerlo yo, especialmente en el sentido nigeriano del término. Porque como nigeriano, no he visto que haya habido mucha música en esa dirección, jazz, soul y funk juntos, aparte de Fela Kuti y otros pocos. Aunque mi música no es necesariamente afrobeat porque tenga todos esos elementos. Tiene los elementos de los yorubas, que es de donde soy. Los yorubas están en el suroeste de Nigeria y es una de las tres tribus principales de Nigeria. Su música también se ha extendido fuera de ella. Es probablemente una de las pocas culturas africanas que se extiende más allá de los escenarios africanos. Puedes encontrar los yorubas en Brasil, también en Cuba, en Colombia… Siento que siempre ha sido mi misión volver a ponerlos en primer plano. Además, como he estudiado música, soy capaz de implantar mi comprensión occidental y africana de la música para intentar encontrar una forma de encajar toda la música que me gusta. Jazz, afrobeat, música tradicional yoruba… Hay muchas variedades de la música yoruba que siento que no están representadas todo lo que deberían en la escena internacional.
¿Cómo es su acercamiento al jazz?
Cuando conozco el jazz, no quiero tocarlo como lo haría Charlie Parker, sino como lo tocaría un africano. Aunque conozca el idioma, aunque haya estudiado la música, siempre siento que me sale más natural si intento tocarla como la siento. Es como si intentara tocar flamenco como los españoles, nunca va a sonar como los grandes del flamenco español, aunque puede que tengas una pizca. El flamenco es increíble. Si te soy sincero y respondiendo a la pregunta anterior, creo que Occidente es más receptivo con mi música, porque en Europa hay una educación musical que predispone a escuchar diferentes tipos de música, así que eso hace que la audiencia sea aún más receptiva. Cuando toco en Europa, me encanta la acogida. También me encanta la acogida en casa. En casa, en África, queremos bailar, pero en Europa quieren bailar y escuchar. Así que son dos cosas diferentes, y me gusta el equilibrio entre ambas. Así que, los dos públicos funcionan para mí.
Ha dicho que en Europa escuchamos muchos tipos diferentes de música. Cuando usted tenía seis años, empezó a cantar en un coro y le influenció mucho lo que sus padres escuchaban en casa, como Fela Kuti, Bob Marley o Luis Armstrong. ¿Cuándo se enamoró del tipo de música que hace hoy?
Mis padres nunca escucharon jazz. Creo que el único jazz que escuchaba mi padre era Armstrong. Para serte sincero, no recuerdo haber visto ningún disco de Lewis Armstrong en casa. Recuerdo haber visto a Marvin Gaye, Bob Marley, Jimmy Cliff, Fela Kuti… También tocaba música tradicional africana. Toqué música Jùjú durante muchos años, toqué música góspel en la iglesia, ahí es donde empecé, y música coral, mi padre solía cantar en un coro. Conocía muy bien la música clásica, sobre todo la parte coral. Estaba familiarizado con esas cosas. Creo que mi enamoramiento sucedió en los años 90, cuando fui a una celebración del Día Mundial de la Música y, durante ese periodo, conocí a algunos artistas nigerianos que tocaban jazz. Me llamó la atención, me interesó mucho porque vi que era un tipo de música diferente. Un amigo de la familia solía tocar con Fela Kuti y tenía un montón de cintas. Yo tocaba el clarinete como primer instrumento, así que cuando intenté tocarlo y escuché a Benny Goodman y Sidney Bechet, pensé: ‘Dios mío, ¿cómo puedo llegar a este nivel de dominio?’
¿Y cómo llegó?
No había ningún profesor que me enseñara el clarinete o incluso la guitarra. Pero soy un amante de la música, así que cuando veo algún tipo de música que no entiendo, voy hacia ella, quiero saber qué es. Y eso fue el jazz para mí. A partir de ahí, simplemente salí y estudié todo lo que pude encontrar de jazz. En Nigeria suelen tocar más smooth jazz, pero eso no me fascinaba. Me fascinaba gente como Charlie Parker, Wes Montgomery… Descubrí que cuando intentaba transcribir esas cosas, me resultaba más difícil hacerlo, porque la música es más desafiante. Fui a estudiar a Países Bajos, allí estudié jazz durante cuatro años, pero antes ya tocaba, transcribía, estudiaba… Después de haberme metido de lleno en el jazz, he encontrado mucho de africano en el género también. Empecé a escuchar a Coltrane cuando tocaba un tributo a alguien como Olatunji, que es un percusionista nigeriano. Empecé a ver muchas conexiones. Y también comencé a escuchar mucho jazz afrocubano, que me pareció fascinante porque también hablan mi idioma. Además, en el pasado había un grupo en Londres, que ya no existe, que se llamaba Yoruba Jazz People, y fueron los primeros a los que escuché tocar música nigeriana con una fuerte influencia del jazz. En los años 90 empecé a salir solo para escuchar conciertos de jazz, fui a algunos conciertos de jazz en Lagos. Y así surgió todo.