El día de la presentación de Mbappé, la tienda del Real Madrid estuvo abarrotada y amplió horario. Las camisetas del ‘9’ se despacharon a buen ritmo toda la jornada. Lo mismo sucedió con el ’19’ de Lamine Yamal, el dorsal estrella de la elástica del FC Barcelona, recién presentada. De media, los aficionados se gastan 150 euros, que es lo que valdría de media la camiseta ‘fan’ (parten de 100 euros), la más básica, con el nombre, número y parches de las competiciones. La cuenta se elevaría con la camiseta de partido, que ya arrancaría en esa cantidad. Las vestimentas oficiales son una prenda de lujo que en la última década se han encarecido un 55%.
Subida de precios y falsificaciones
En 2014, el Real Madrid celebraba la ‘Jamesmanía’. La incorporación del fichaje del jugador colombiano James Rodríguez disparó las ventas de camisetas que se vendían con su dorsal a un precio de 97 euros. El 22 de julio era presentado el futbolista que el club blanco fichó al Mónaco por 80 millones. Tres días después, la entidad madridista destacaba que había ingresado más de 845.000 euros solo con las ventas de la camiseta del mediapunta. En 2010 la camiseta básica del Real Madrid costaba 70 euros y 90 con el nombre y dorsal de Cristiano Ronaldo, el más demandado en ese momento.
La situación se repite en la historia reciente del FC Barcelona. Hace una década era posible comprar la camiseta de Messi por algo menos de 100 euros. La brecha es todavía mayor en otros clubes. En 2011, el Valencia batía récord de ventas con la camiseta de la ‘senyera’ diseñada por Joma que valía 49,90 euros, suponía un ahorro de diez euros frente a la equipación principal. El conjunto ‘che’ acaba de presentar la vestimenta para la temporada 2024/2025, con Puma como socio técnico oficial. La versión más económica, sin dorsal ni parches, cuesta 95 euros. Prácticamente, el doble que hace una década.
La subida de precios no ha cortado la demanda. Al revés, esta no para de crecer, tanto por cauces legales como piratas. Se estima que entre 2019 y 2023 se incautaron en España prendas deportivas por valor de 28 millones de euros, según el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales. Ante esta fuga de capital, que tiene su origen principalmente en los mercados asiáticos que producen las camisetas, algunos fabricantes han optado por controlar estos circuitos con sus propias réplicas.
Diferencias entre las versiones ‘player’ y ‘fan’
Para entender la dimensión de lo que supone este tipo de ‘merchandising’, el FC Barcelona factura unos 179 millones de euros anuales por sus equipaciones con Nike, mientras que el Real Madrid ingresó la pasada temporada 155 millones en su asociación con Adidas. Cifras que en el caso del club blanco se dispararán con la llegada de Mbappé. Se calcula que el impacto de la llegada del francés puede ascender a 60 de millones solo en material asociado a su nombre.
Las camisetas de fútbol se han convertido en una prenda de uso diario, con la popularización de la tendencia ‘blokecore’. Las marcas tienen un catálogo cada vez mayor, lo que contribuido a aumentar el precio medio de la cesta de compra. Las versiones ‘fan’ han quedado como el escalón más básico y por arriba se sitúan las ‘player’, llamadas comercialmente de diferentes modos: ‘authentic’ en Adidas y ‘advanced tech’ en Nike.
En las equipaciones más altas de gama, los escudos y los logotipos de las marcas están termosellados, para evitar roces. Las ‘player version’ son camisetas más ligeras, transpirables y entalladas que las ‘fan version’, pensadas para un público más general. Estas últimas, a diferencia de las ‘player version’, tienen los logos bordados, mientras que las variantes más caras son de silicona con tecnología 3D.
La subida de precios afecta a todas las categorías
El lucrativo negocio de la venta de camisetas de fútbol empezó en la temporada 1973/1974. El pionero fue el Leeds United y tenía a Admiral como socio técnico, una marca que empezó fabricando la ropa interior de la Armada Británica. El precio de partida no superaba las 10 libras y fue objeto de una exposición este mismo año. Aquí entra otra vía que ha catapultado el mercado de las equipaciones: las líneas ‘retro’ o ‘vintage’. Esto se ha producido de varias formas. Un ejemplo, la camiseta por el 120 aniversario del Atlético, con el que jugó el equipo la temporada pasada. Por otro, versiones específicas que no utilizan los futbolistas como las de la española Coolligan.
La inflación afecta a todas las categorías. El CD Lugo de Primera RFEF (tercera división) vende su segunda equipación por 59,95 euros. Es una versión de catálogo. ¿Qué quiere decir? Que los clubes apenas tienen capacidad de personalización de los modelos. Esto sucede también con algunos equipos de divisiones superiores. Por tanto, lo que paga el aficionado es el valor del escudo. En ocasiones, varios equipos comparten equipación. Un ejemplo reciente, el de la camiseta de portero de la selección española que vistió Unai Simón, el mismo modelo de Adidas que llevaron, por ejemplo, los porteros de la Kings League, la liga de fútbol 7 de Ibai y Piqué.
A corto plazo no se prevé una reducción en el precio de las camisetas. Su concepción como producto ‘premium’ se mantendrá y en los últimos años se han lanzado incluso versiones como las que el Barça presenta en los ‘clásicos’ en asociación con Rosalía o los Rolling Stones. Hasta 3.000 euros se han llegado a pagar por estas prendas. El cenit de la industria deportiva, que también ha experimentado un alza de los precios de las botas o de balones con la que ha disparado sus beneficios.