El nombre de Isabel García no sonaba entre las quinielas para presidir el Instituto de las Mujeres. Fue inesperado, como el de la ministra Ana Redondo, solo que las reacciones entre un nombramiento y otro no tuvieron nada que ver. Entre algunos movimientos, lo que interesaba era saber la posición de ambas sobre la ley trans, la norma que había dividido a parte de las feministas del PSOE con Podemos. Mientras que la titular de Igualdad expresaba que su intención era desarrollar aún más la normativa para que cualquier persona del colectivo siguiera adquiriendo derechos, las redes sociales de García se abrieron como caja de Pandora dejando a la luz mensajes calificados como «tránsfobos».



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