El Banco de España lleva más de un mes sin gobernador. Bueno tiene a la subgobernadora, Margarita Delgado, como gobernadora en funciones, pero solo hasta el 11 de septiembre. Antes de esa fecha, tiene que haber un sustituto o sustituta. Por el momento, PSOE, partido del Gobierno, y PP, principal partido de la oposición, no se han puesto de acuerdo en el nombre. Pero el Ejecutivo ha propuesto a José Luis Escrivá, actual ministro de Transformación Digital y Función Pública. Un nombre que divide las opiniones de los bancos.
Hay dos bandos. En uno están los bancos que consideran que este nombramiento podría poner en riesgo la independencia de Banco de España y en el otro están las entidades que recuerdan que ya ha habido un antecedente con Luis de Guindos, que pasó de ser ministro de Economía en el último Gobierno de Mariano Rajoy a ser vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), cargo que ocupa actualmente.
Fuentes financieras cercanas a los grandes bancos explican que el cargo debe estar consensuado y garantizando la independencia, “que tradicionalmente ha caracterizado a esta institución y su presidente”. Añaden que idealmente debería estar ya nombrado. Una idea con la que ha coincidido Gloria Ortiz, la consejera delegada de Bankinter, única entidad que ha hablado públicamente sobre este tema. Ortiz no quiso dar su opinión sobre la posibilidad de que un perfil político, como sería el de Escrivá, ocupe el puesto de gobernador. Pero sí que incidió en la importancia del puesto y de que se nombre lo antes posible.
«El puesto es muy importante, y es importante que se cubra lo antes posible y con una persona de probada experiencia y capacidades», señaló en la presentación de resultados de Bankinter, después de apuntar que se trata de una figura de relevancia para el sector bancario. Además, explicó que este retraso en el nombramiento del gobernador no solo afecta a la banca, sino «a todos los españoles», puesto que en la reunión de hoy del Banco Central Europeo (BCE) España no tiene voto. «Perdemos peso en las instituciones. Son decisiones que nos impactan, pero no a la banca, sino a todos los españoles», puntualizó.
No obstante, en este punto, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria que «cada gobernador, cuando se mete en la sala del Consejo de Gobierno, es un miembro del Consejo de Gobierno y no un representante de su país». Luis de Guindos, el vicepresidente del supervisor europeo, apuntó que para la próxima reunión del mes de septiembre tiene que haber una persona designada que tenga conocimientos de economía, finanzas y banca.
Poniendo el ejemplo de De Guindos son los bancos que no ven del todo mal que el actual ministro de Transformación Digital ocupe el puesto de gobernador. Fuentes bancarias explican que Escrivá tiene un perfil técnico acreditado e inciden en que ya hay precedentes como el del actual vicepresidente del BCE.
El tema de los precedentes es lo que esgrime el Gobierno para no quitar a Escrivá de encima de la mesa en las negociaciones. De hecho, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, ya lo puso como ejemplo la semana pasada desde Washington. Dirigentes socialistas que conocen bien a Sánchez señalan que se «sorprenderían» de que retirase a Escrivá. «No es de rendir pulsos y está harto del doble rasero», arguye un veterano del partido, apuntando los casos de Guindos y también de Elvira Rodríguez, que fue ministra de José María Aznar (2003-2004), consejera madrileña de Transportes (2006-2007) o presidenta de la Asamblea de Madrid (2007-2011) antes de ser nombrada por Rajoy presidenta de la CNMV (2012-2016). «Si de ministro se puede pasar al BCE, ¿por qué no al BdE? Manda mucho más el BCE que el Banco de España», reflexiona esta última fuente.
Desde el Ministerio de Escrivá insisten en que «es muy habitual en todos los países de nuestro entorno que los gobernadores de bancos centrales y miembros del Consejo de Gobierno del BCE hayan pasado por la política». Incluso defienden que este tipo de perfil «es muy apreciado» por tratarse de «personalidades independientes, que por su desempeño profesional entran en el gobierno en ministerios técnicos y económicos, y que de ahí pasan a altos cargos en instituciones como los Bancos Centrales» y, además, «son protegidos del ruido político en los países de nuestro entorno».