Llueve sobre mojado para las acciones tecnológicas. A los problemas relacionados con las posibles restricciones adicionales que Estados Unidos estudia imponer a la exportación de chips y equipos de fabricación de semiconductores a China, hay que sumar el incidente de ciberseguridad de la plataforma Falcon de Crowdstrike que ha afectado, sobre todo, a las empresas que usan los servicios de Microsoft, como la Bolsa de Londres o, sobre todo, las aerolíneas.

Ambas compañías están cayendo con ganas en la preapertura de Wall Street, que también está viendo recortes en el tecnológico Nasdaq, aunque algunas compañías de ciberseguridad, como Palo Alto Networks o Cloudflare están capitalizando este momento. Los recortes también son destacados en aerolíneas como IAG, Air-France KLM, Lufthansa, Ryanair o en homólogas estadounidenses como Delta Air Lines o United Airlines, ya que estas y muchas otras han interrumpido sus operaciones por este fallo.

Especialmente llamativa es la situación en el Aeropuerto Internacional de Singapur, uno de los más tecnológicamente avanzados del mundo, que cuenta con máquinas automáticas que se encargan de la facturación, la entrega de equipajes y el embarque de pasajeros. Este fallo ha provocado que muchos de estos sistemas se habían quedado completamente inservibles. «La paralización del mundo por un colapso informático mundial muestra el lado oscuro de la tecnología y que depender de los ordenadores no siempre hace la vida más fácil«, afirma Dan Coatsworth, analista de inversiones de AJ Bell.

«Los trabajadores no pueden ir de A a B, lo que repercute en todos los sectores si el personal no puede desempeñar funciones importantes o los sistemas están fuera de servicio», agrega este analista. Según el experto de la firma británica señala que la gravedad del problema «se reduce a su duración»: unas pocas horas de interrupción son «inútiles, pero no una catástrofe»; sin embargo, una interrupción prolongada es «otra cosa y puede causar daños serios a empresas y economías».

En cuanto al desplome de Crowdstrike o las caídas en Microsoft y otras compañías, este estratega hace un llamamiento a la calma, ya que es «demasiado pronto» para que los inversores «calculen el impacto financiero o en la reputación de estas empresas». «Los mercados bursátiles siguieron funcionando con normalidad a pesar de las noticias. Los precios de los futuros implican un pequeño retroceso cuando Wall Street abra sus puertas más tarde, pero hasta ahora los inversores no han dado muestras de pánico. Otra cosa es si eso seguirá siendo así a medida que avance el día«, reflexiona.

Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, es menos optimista. Según esta analista, el sentimiento de aversión al riesgo se está apoderando del mercado y espera que las acciones tecnológicas agraven las pérdidas de las últimas jornadas. «Este episodio llega en un momento delicado para los mercados, en el que están preocupados por la discordia política en Estados Unidos, un segundo mandato proteccionista del presidente Trump y una ralentización de la economía del mundo desarrollado», recuerda esta estratega.

«Es difícil que el riesgo logre una recuperación significativa en Europa o en EEUU hasta que esto se haya resuelto. Todos los sectores se han visto presionados: los más débiles son el de materiales, el inmobiliario y el financiero. El sector inmobiliario y el financiero se han visto muy afectados por el apagón mundial y podrían seguir bajo presión hasta que se resuelva el problema y sepamos qué hay detrás de este ataque», sentencia.

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