Vox está dispuesto a sacar rédito de la ruptura de media decena de gobiernos autonómicos que compartía con el PP. Una semana después de que abandonaran los ejecutivos regionales por la decisión de los populares de aceptar el reparto de cerca de 350 menores extranjeros, la formación de extra derecha busca poner a los conservadores contra las cuerdas obligándoles a que se pronuncien sobre el uso de las Fuerzas Armadas para frenar la inmigración. Rechazar esta medida, ha dicho el secretario general del grupo parlamentario ultra, José María Figaredo, supone ser «cómplice» de la muerte de menores en el mar.

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