Todos eran hombres de gran poder adquisitivo. Acudían a las citas convencidos de que conocerían a una mujer joven y atractiva y quizá tendrían sexo con ella, pero la chica veinteañera que los había seducido, con un perfil falso, en Tinder y Bumble, formaba parte de una banda criminal dedicada a engañar a hombres, drogarles y robarles usando el método conocido como el ‘beso del sueño’.

Fuente