El Gobierno y el PSOE llevan casi tres meses defendiendo las actividades profesionales de Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno. Desde que se conoció la apertura de diligencias por una denuncia que siempre tildaron de “falsa” e impulsada por la “ultraderecha”. Sin dejar fisuras a la vista ante el avance de la investigación judicial y repitiendo el mantra de que “no hay nada de nada”. La reacción a la declaración de Carlos Barrabés ante el juez, el empresario recomendado por Begoña Gómez, reconociendo reuniones en Moncloa tanto con Pedro Sánchez como con su esposa, ha seguido esta línea, pero dejando a la vista la falta de explicación sobre estos encuentros a tres y algo de cacofonía interna. También cierto hastío.

Fuente