La presión sobre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que abandone la carrera para la reelección no cesa sino que se intensifica y el mandatario empieza a dar señales de que esa presión está teniendo efecto, aunque de momento sigue determinado a mantener su candidatura.
Según informaciones publicadas por varios medios este miércoles por la noche, Biden se está mostrando desde hace unos días más “receptivo” a, por lo menos, escuchar los argumentos de quienes expresan preocupación porque su continuidad pueda dañar al partido demócrata en las elecciones de diciembre frente a Donald Trump. También, según esas informaciones, ha aceptado que se le presenten datos de encuestas y él mismo ha interrogado sobre cómo podría ganar la vicepresidenta Kamala Harris.
El mensaje de Pelosi
Entre quienes han expresado su desasosiego directamente a Biden, según CNN y Politico, está Nancy Pelosi, que fue presidenta de la Cámara Baja y es una de las figuras demócratas más influyentes y poderosas. Politico ha publicado que Pelosi le dijo a Biden la semana pasada que legisladores demócratas, incluyendo ella misma, temen que está hundiendo el partido.
Fue una “confrontación extraordinariamente franca” en la que Pelosi también le advirtió que el clamor de congresistas exponiendo sus debilidades se iba a intensificar y le instó a tomar una decisión pronto.
Un aliado de Pelosi aseguró a la publicación que la exspeaker puede ir más lejos y pedir a Biden públicamente que no sea el candidato. “No quiere pedirle que se retire pero hará todo lo que esté en su mano para asegurarse de que sucede”, dijo esa fuente, aunque un portavoz de Pelosi cuestionó la información publicada.
También el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, le trasladó un mensaje similar a Biden en una visita a su casa en la playa de Delaware la semana pasada. Y fue también esa semana, en una visita a la Casa Blanca, cuando el líder de la actual minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, le transmitió las preocupaciones de la bancada y discutió “el camino por delante”.
Pese a que las fuentes insisten en que Biden sigue determinado a mantenerse como candidato y un comunicado de un portavoz de la Casa Blanca este miércoles recordaba que “es el nominado del partido”, algo parece estar cambiando. Y la apertura a escuchar ya representa una evolución significativa. Desde que su tortuosa actuación en el debate con Trump del 27 de junio desató el pánico y elevó las preocupaciones sobre su estado y sus capacidades Biden, de 81 años, se había instalado en una determinación desafiante y en la cerrazón a reconocer siquiera la existencia de las preocupaciones.
En su primera entrevista tras el debate dijo que solo abandonaría si se lo pidiera el «señor todopoderoso», una semana después en una rueda de prensa dijo que lo consideraría si existían encuestas que no le mostraban camino a la victoria, que entonces dijo que no existen, y en una entrevista emitida este miércoles abría las puertas a abandonar si los médicos le diagnosticaran algún problema médico que lo ameritara.
Malestar creciente y covid
Las noticias llegan conforme crece el malestar entre muchos políticos demócratas con Biden y con los esfuerzos de sus aliados por sellar su nominación lo más rápido posible, sin esperar siquiera a la convención de Chicago.
El partido había intentado formalizar la semana próxima la nominación en un voto virtual de los delegados, una decisión que provocó indignación. Schumer y Jeffries consiguieron que se retrase a la primera semana de agosto. Todo apunta a que, para entonces, el rechazo a esa confirmación acelerada no va a aplacarse.
Biden ha sumado este miércoles la complicación de un contagio de covid, que le ha forzado a abandonar un acto de campaña en Las Vegas y regresar a la casa de Delaware. Las imágenes grabadas entrando y saliendo del coche en sus traslados lo muestran extremadamente frágil y débil, con problemas para moverse con normalidad.