Las esperadas mamparas ya están aquí y los propietarios de los bares y restaurantes en el nuevo Paseo Marítimo expresaron reacciones variadas ante la instalación de estos instrumentos que funcionan a modo de paravientos. Bruno Salazar, encargado del bar «Shamrock Palma» reconoció que las mamparas añaden un toque estético agradable al paisaje del paseo. Sin embargo Bruno expresó su preocupación por el impacto negativo en la capacidad de acogida del establecimiento, que ahora se reduce, debido a la necesidad de redistribuir y reducir el número de mesas para adaptarse al nuevo diseño. «Ahora hay que poner menos mesas que antes porque no caben», comentó Salazar, que se mostraba inquieto por como esta medida podría afectar a la afluencia de clientes y, consecuentemente, a los ingresos del bar.

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