Eva Riaño trabajaba en una conservera antes de quedarse en paro. A su edad, todo un mazazo, pero la vida le tenía preparado otra sorpresa. Una parcela de tierra y unas instalaciones de una vieja granja ganadera cayeron en sus manos por una herencia y fue la excusa perfecta para salir del atollaredo y lanzarse a la piscina con un proyecto nuevo. De vacas no sabían, pero sí de caracoles.

La helicicultura -el arte de criar caracoles para su consumo- no es una ciencia fácil de practicar, pero Eva tenía tiempo y se puso a estudiar en varios cursos por España. «Los caracoles siempre nos habían gustado mucho y su cultivo nos habían generado siempre mucha curiosidad», ha explicado Eva en COPE. «hicimos varios cursos para ponernos en marcha» y así poder quedarse en Leiva, un pequeño municipio riojano de la comarca de Santo Domingo de la Calzada y vivir de lo que diera el campo.

Con los estudios y los conocimientos previos de su marido, «es agricultor», solo tuvieron que pedir ayuda para dar el salto con «una subvención que conseguimos del CEIP Rural de La Rioja«, el Centro Europeo de Información y Promoción del Medio Rural. Con todo listo, se pusieron manos a la obra.

CULTIVAR CARACOLES EN LA RIOJA



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