Con una venda en la oreja y una leve sonrisa en los labios, en la noche de este lunes el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump ha reaparecido en la Convención del Partido Republicano en Milwaukee (Wisconsin). Es la primera vez que el magnate se deja ver en público después del atentado que sufrió durante un mitin el pasado sábado y que buscaba acabar con su vida, pero le dejó una herida en la oreja, aunque un asistente falleció de un tiro y otras dos personas están en el hospital. La visita ha sido una sorpresa: no estaba previsto que apareciese el primer día del evento.

Trump no ha hecho declaraciones ni se ha dirigido al público durante su paso por la arena de la Convención, pero en su camino a la grada los cientos de asistentes le han aplaudido durante numerosos minutos mientras saludaba y levantaba el puño. «Con todos ustedes, ¡el próximo presidente de los Estados Unidos!», ha sido presentado. Desde su asiento ha dado la mano a su recién nombrado vicepresidente y número dos, el senador por Ohio JD Vance y a su familia, mientras el público gritaba «USA, USA» y «Fight!», lo mismo que él dijo el sábado mientras era evacuado por los agentes del Servicio Secreto.

Una vez la multitud se tranquilizó, la actriz y modelo Amber Rose pronunció un discurso en el que lamentó el rumbo que ha tomado Estados Unidos y ensalzó la tranquilidad que se respiraba cuando Trump era el presidente. Después subió al escenario el sindicalista Sean O’Brien, presidente general de Hermandad internacional de camioneros y según él mismo, el primer líder del sindicato que se posiciona a favor del Partido Republicano.

El recién nombrado candidato del Partido Republicado a las elecciones presidenciales de noviembre ha decidido mantener su agenda en la Convención de su formación pese al intento de asesinato del sábado, y pese a que todavía se desconoce la motivación del autor, si actuó solo y cómo pudo llegar a herirle, superando el despliegue de seguridad del mitin.

«En base a los terribles acontecimientos de ayer, iba a retrasar dos días mi viaje a Wisconsin y a la Convención Nacional Republicana, pero acabo de decidir que no puedo permitir que un ‘tirador’ o asesino potencial fuerce un cambio en la programación, o algo más. Por lo tanto, partiré hacia Milwaukee, según lo programado, a las 3:30 p.m. HOY», escribió en su red social este domingo.

Por el momento, el FBI cree que el joven Thomas Matthew Crooks, de 20 años, no tenía afiliaciones políticas y que disparó a Trump con un arma semiautomática que su padre compró legalmente. Los mismos agentes acabaron con la vida del chico minutos después de que abriese fuego contra la multitud en Butler, Pensilvania, cerca de la ciudad donde vivía. La investigación al respecto se mantiene abierta, y está previsto que la directora del Servicio Secreto comparezca ante el Congreso para explicar cómo pudo producirse el fallo de seguridad que terminó con el tirador a punto de matar al expresidente.

En la Convención, Trump ha sido designado este lunes como el candidato de su partido a las elecciones por 2.387 votos, casi el doble de los 1.215 del umbral mínimo.

Biden pide perdón: «Fue un error»

Poco antes de la aparición de Trump en la Convención, el presidente Joe Biden daba una entrevista a la cadena NBC en la que lamentaba haber usado la expresión «poner en la diana» para referirse al exmandatario. Numerosos miembros del Partido Republicano han culpado durante los últimos días a Biden del atentado, sugiriendo que la retórica demócrata habría animado a atentar contra Trump.

«Esto no ha sido un hecho aislado. La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario a quien hay que parar a toda costa. Esa retórica ha llevado al intento de asesinato de Trump», publicó JD Vance en X, antes Twitter. Otros republicanos como el congresista Mike Collins también acusaban a Biden de haber «dado la orden» de disparar recordando que este había dicho que era el momento de poner a Trump y «en la diana».

En ese sentido, Biden ha tratado de explicar que se refería a centrarse en el republicano y en sus mentiras, y arremetió contra Trump citando algunas de sus expresiones, como cuando dijo que si perdía se produciría «un baño de sangre», o cuando se rió del ataque que sufrió el marido de Nancy Pelosi en su domicilio, entre otras. «Yo no soy el tipo que ha dicho ‘quiero ser un dictador desde el día uno’, no soy el tipo que ha rechazado aceptar el resultado de las elecciones (…); no puedes amar solamente a tu país cuando ganas, así que el foco estaba en lo que él estaba diciendo», se defendió el presidente y candidato demócrata.

Por otro lado, el presidente se reafirmó y volvió a rechazar la idea de dar un paso al lado para dejar que el candidato a las elecciones sea otro demócrata, haciendo referencia a los «14 millones de personas» que le votaron para ser el nominado de su partido y recordando que solo es tres años más «viejo» que Trump.

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