Los sanitarios que atendieron al productor televisivo Josep Maria Mainat después de que su exmujer Angela Dobrowolski intentara presuntamente asesinarlo con una inyección de insulina han declarado ante el tribunal que ella se mostraba «muy alterada y nerviosa», de una manera «anormal y excesiva».

En la segunda sesión del juicio que se celebra este martes en la Audiencia de Barcelona contra Dobrowolski, para quien el ministerio público solicita una pena de 16 años de prisión por presuntamente intentar asesinar a su exmarido la noche del 23 de junio de 2020, han testificado, entre otros, la doctora y la enfermera del equipo sanitario del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) que se desplazó a la vivienda de Mainat.

Ambas han explicado que cuando se personaron en el domicilio encontraron a Mainat en la cama inconsciente, sin moverse, muy pálido, con una respiración superficial y que en un primer momento pensaron que había fallecido, hasta que comprobaron sus constantes vitales, que indicaron lo contrario: «Estaba en coma», ha puntualizado la doctora.

Tras comprobar que sus niveles de azúcar eran «bajísimos», se le inyectó glucosa en sangre, ha proseguido, hasta que estos fueron subiendo, lo que permitió que poco a poco fuera recuperando la conciencia: «Costó mucho que recuperara la conciencia, demasiado», ha precisado la enfermera.

«¿Le dijo algo cuándo fue despertando?», le ha preguntado el fiscal a la doctora, a lo que esta ha contestado: «Sí. Me dijo: ‘me ha inyectado algo’. Lo dijo varias veces».

Esta misma testigo ha afirmado que la acusada estaba «excesivamente alterada y muy nerviosa», de una manera «anormal y excesiva» y que, además, «interfería en nuestra actividad médica»: «Nos molestaba, la tuve que apartar», ha agregado.



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