Aguatona es un nombre con sabor a agua. Un nombre líquido que quiere escaparse…un nombre mojado pero un pueblo sediento». Son estractos del guión radiofónico de su paso por Aguatona, con el que el realizador de Ingenio Rogelio Vega ganó el primer premio Ondas a título individual en 1976 para Radio Ecca, con su programa Caminando Gran Canaria.
Se ganó el cariño y seguidores a través de sus programas dedicados únicamente a patearse los barrios y entrevistar a la gentre de a pie. Los finalizaba con reivincación: un teléfono, agua, una carretera, un médico o incluso, electricidad, en el caso de Aguatona. El premio le llegó por sorpresa, y caprichoso fue su destino de vida, que lo vio marchar el mismo día que aquella caprichosa tormenta acabó con el Dedo de Dios de Agaete.
«Como lanzar una botella al mar»
«Fue como lanzar una botella con mensaje al mar. Era entre julio y agosto de 1973, recién terminada la programación de la temporada y no esperábamos en absoluto una respuesta», contaba ayer Susy Fuentes, profesora jubilada de radio Ecca y viuda de Rogelio Vega (1942-2005). Con la complicidad de Andrés Fernández responsable de control de emisiones de Ecca y con el permiso de Vega, decidieron escoger la última emisión de Caminando Gran Canaria, la del barrio ingeniense, y postularla como posible canditata a para los premios radiofónicos Ondas, que se entregan anualmente a los más destacados profesionales de radio, televisión que concede Radio Barcelona desde 1954.
Susy Fuentes contó que fue de tarde noche cuando recibieron una llamada en casa. Lo describe el propio Vega en un diario escrito a mano con fecha del 29 de octubre de 1973: «Estaba poniéndole una inyección a mi suegra. Susy planchaba y sonó el teléfono. Oí estas palabras «No lo creo. ¿De verdad?». Vega reconoce en el manuscrito que pensó que se trataba de la notificación de un nacimiento. Y continúa su relato: «Susy «me abrazó y me dijo que me habían otorgado el Premio Ondas, que Espina (el director adjunto de la emisora) estaba al teléfono. Hablé con él. Acababan de dar la noticia en Hora 25, programa que también fue premiado». Esto lo escribió, según figura en la parte superior de la página, con
buena caligrafía, «a las 11 y 20 de la noche».
Y así fue como se enteró el propio Rogelio, su mujer Susy e incluso el director de Ecca.
Entre famosos en álbum
«No se lo comentamos a nadie. ¿Cómo íbamos a saber lo que venía? Es que ni yo me acordaba ya de lo que habíamos mandado. Fue en verano y ni pasarnos por la cabeza. Hasta que ocurrió» replicó siempre orgullosa de su marido y de este reconocimiento. Entre los galardonados ese año figuraban, por ejemplo, a título individual, Miguel de la Cuadra Salcedo, o en programas, Hora 25.
Acudió solo a la recogida del galardón. Su esposa esperaba a su segundo hijo de los tres que tienen.
La familia, en concreto Susy, es la que atesora en un álbumlos recuerdos y recortes de felicitaciones o portadas de periódicos y revistas de la época, o los telegramas llegados de colegas premiados elogiando su trabajo. Incluso custodia como oro en paño una copia del guión original por el que le concedieron el primer Ondas que recibía radio Ecca en la categoría individual.
De Ondas a pisapapeles
A partir de ahí todo transcurrió igual. Como él mantuvo fiel a su manera de ser «era irónico, escribía muy bien, llegaba a la gente. Y era muy serio. Tenías que entrarle bien para que se abriera. Era una gran persona», confesó su viuda mientras el más pequeño, Fernando, quiso plasmar una anécdota que en parte, definía a su padre: Un día en la Feria del Atlántico había una muestra de los premios de radio Ecca, y de repente vimos en el estand lo que mi padre usaba como pisapapeles. Nos echamos a reír, porque no sabíamos bien el significado de aquello. Hasta que nos lo explicaron que era el premio Ondas». Así era él, comentó Susy, en alusión a que no le importaban mucho los reconocimientos, sino hacer bien su trabajo.
‘El caminante’ denuncia
El perfil de los barrios de Gran Canaria los bordaba. El relato era en tercera persona y ‘el caminante’, su apodo. A través de él plasmaba el trasfondo del barrio a través de los vecinos del barrio, sus vidas, oficios, cómo eran sus casas, y sobre todo, sus denuncias y carencias, que en Aguatona eran muchas. tras visitar a sus vecinos. Recorría con ellos los parques, caminaba sus calles y micrófono en mano, recogía para la historia radiofónica de radio Ecca y para sus oyentes historias como la de Mariquita Ríñez, de 98 años que resumía en 1973 Aguatona como «un nombre mojado pero un pueblo sediento». También tanteó a los jóvenes del barrio, que le comentaron que Aguatona era un barrio gratis, porque no le costaba nada al Ayuntamiento.
En su alegato final, ‘el caminante’ recogía una a una las quejas vecinales, y pidió para Aguatona, un teléfono, asfaltar aunque fuera una calle para que pudiera ir el médico o mercancía a las tiendas. Y un mejor reparto del agua, Aguatona, es agua que suena. Y allí no sonaba.
Invitó al Ayuntamiento de Ingenio a preocuparse del barrio.
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