Lamine Yamal se ha convertido en uno de los jugadores más importantes de la selección española. La de su familia es una historia de migración y éxito. Pero también lo es de compromiso político contra Vox, partido de extrema derecha al que han plantado cara fuera y dentro del campo.

Sin ir más lejos, Yamal celebró el último de sus goles en las semifinales de esta Eurocopa haciendo referencia al código postal (304) de su barrio, Rocafonda en Mataró, un área descalificada por la ultraderecha como un «estercolero multicultural».

Un acto de valentía con el que el jugador de La Roja reivindicó sus raíces y se enfrentó a la xenofobia.

Su gesto generó un gran apoyo en redes sociales por haber usado su talento para desafiar prejuicios. Y es que la ultraderecha, especialmente Vox, ha utilizado términos racistas para atacar barrios humildes y diversos como Rocafonda.

 


El padre de Yamal y su incidente con Vox

Mounir, padre de Lamine Yamal, en la final de la Eurocopa. Instagram

La familia de Yamal ya había enfrentado estos prejuicios; en un incidente previo, su padre, Munir Yamal, arrojó huevos a una carpa de Vox y defendió con firmeza su derecho a ser considerado español.

Los hechos ocurrieron el 16 de mayo de 2023 y acabaron derivando en un juicio en el que Munir se presentó en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Mataró sin abogado.

A pesar de pedir disculpas, el padre de Lamine Yamal no se amedrentó contra Vox y sus satélites: «Aquel día mi hijo estaba viajando con la Selección Española hacia Hungría para representar a este país y estas personas se pusieron al lado de un colegio público donde hay todo tipo de razas».

Al igual que su hijo, Munir defendió en sede judicial ser español, a pesar del odio que quiere sembrar Vox: «Mi madre ha cotizado aquí 50 años y mi abuelo fue militar aquí”.

No tienen derecho a decirme ‘vete a tu país’, porque mi país es este.

 

Mounir, padre de Lamine Yamal, en la final de la Eurocopa. Instagram


La historia de migración y éxito de la familia de Lamine Yamal

La vida de Lamine Yamal es una inspiración, no solo por sus logros futbolísticos, sino también por la historia de migración y esfuerzo de su familia. Los padres de Lamine, Munir Nasraoui y Sheila Ebana, nacieron en Marruecos y Guinea Ecuatorial, respectivamente, y decidieron buscar un futuro mejor estableciéndose a las afueras de Barcelona, en el barrio obrero de Rocafonda.

«Cuando nació mi hijo, sabía que iba a ser una estrella», declaró con orgullo Nasraoui antes de la final de la Eurocopa de este domingo. La familia encontró en Rocafonda, un barrio con una gran población migrante, un lugar al que llamar hogar. “Este barrio es el mejor del mundo y el mejor de España porque todos somos iguales y nos queremos todos”, añade el padre, mostrando el sentido de comunidad y solidaridad que caracteriza a Rocafonda.

El destino quiso que, siendo aún un bebé, Lamine tuviera un encuentro especial con Lionel Messi, una de las mayores figuras del fútbol mundial. El astro argentino, participando en una campaña de beneficencia de Unicef, posó con el pequeño Lamine en el estadio del FC Barcelona. “Es una coincidencia en la vida. O una bendición de Lamine a Leo, la verdad que no lo sé», bromeó el padre.


Fue en Rocafonda donde Lamine comenzó su aventura futbolística, jugando en una cancha de concreto. «Es un caso especial. Siempre iba al polideportivo a jugar, con todos, con chavales de 7 o de 15, 17 y 18 años. Y sí, ha madurado antes que los demás y estoy orgulloso de todo el que ha aportado”, recuerda su padre.

El talento de Lamine no pasó desapercibido y fue llevado a probarse al FC Barcelona, donde fue aceptado en La Masía, la prestigiosa academia de fútbol que también formó a Messi. «Lo recuerdo como un niño que era muy consciente de su talento. En el deporte, la gente con talento tiende a ser muy egoísta, pero Yamal no», comentó Iván Carrasco, uno de sus entrenadores en categorías inferiores, al columnista de BBC Sports, Guillem Balagué. «Vi a un niño generoso que no buscaba reconocimiento. Como entrenador a veces pensabas: ‘¿Qué puedo enseñarle, si hace cosas que ni yo me imagino desde el banquillo?'»

A pesar de su juventud, Lamine ha roto numerosos récords. Se convirtió en el jugador más joven en debutar con el Barcelona a los 15 años y 290 días, y con 16 años y 57 días se convirtió en el jugador y goleador más joven de la selección española. En la reciente Eurocopa, fue el más joven en marcar un gol en la historia del campeonato.

 

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