Se trata de un cambio a priori imperceptible pero que está ahí. Y sobre todo, se trata de una alteración que no solo se refleja en los relojes sino que también puede provocar desajustes en algunas de las tecnologías clave que utilizamos en el día a día. Un estudio publicado este mismo lunes en la revista científica ‘PNAS’ advierte de que el avance de la crisis climática está alargando los días en la Tierra. A lo largo del siglo pasado, se añadieron entre 0,3 y 1,0 milisegundo por año. Del 2000 en adelante, se sumaron unos 1,33 milisegundos más cada año. Y de seguir así, los modelos sugieren que hacia finales de siglo se podían sumar 2,62 milisegundos anuales más. «Todo esto puede tener un impacto en los sistemas de cronometraje precisos como los que se utilizan en los sistemas de navegación por satélite y las redes de telecomunicaciones», advierten los autores de este trabajo.

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