Si hablamos de una sensación refrescante y jugosa no podemos estar refiriéndonos a otra cosa que a la sandía: una fruta que no solo es un placer para el paladar durante los calurosos días de verano y primavera; sino que es un auténtico tesoro nutricional que aporta múltiples beneficios para la salud.
Entre la lista de razones por las que nuestra dieta agradecerá la incorporación de la sandía no puede faltar su alto contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes; además de su valor en la prevención y combate de varias enfermedades.
Esta fruta de temporada destaca sobre todo por su valioso aporte de vitaminas A y C, potasio, magnesio, licopeno y betacoreno: nutrientes que aportan al bienestar general y específico.
Salud cardiovascular
Uno de los componentes de la sandía que resulta más beneficioso para la salud es la citrulina, capaz de transformarse en arginina en el cuerpo: estos aminoácidos mantienen la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos ayudando a promover una circulación sanguínea saludable y a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como arritmias, aeropatías o insuficiencias cardíacas.
Prevención del envejecimiento
Por otra parte, la alta presencia de antioxidantes como el licopeno y el beteacoreno en la composición de la sandía ayudan a proteger a las células del daño que le causan los radicales libres: una característica que la hace especialmente poderosa a la hora de prevenir enfermedades relacionadas con la edad, el cáncer o las enfermedades cardíacas.
Inflamación
Además, el alto contenido de antioxidantes presente en la sandía puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para personas que sufren de enfermedades inflamatorias como la artritis, el asma y el síndrome del intestino irritable.
