El presidente estadounidense, Joe Biden, se ha dirigido en la noche de este domingo al país para pedir calma y unidad tras el atentado contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump. «Es el momento de bajar el tono de nuestra política. Todos tenemos la responsabilidad de hacerlo», ha pedido Biden desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington, en un mensaje que se ha retransmitido a través de las principales televisiones.
«No podemos, no debemos, seguir por este camino en Estados Unidos», ha dicho en prime time a toda la nación, en un discurso del todo inusual y que ha leído en un teleprompter. «No hay sitio en América para este tipo de violencia, para ningún tipo de violencia. Punto. Sin excepciones. No podemos permitir que se normalice esta violencia».
Biden ha pedido a la población que se distancie de la política del odio y la división que lleva a esa violencia. Ha reconocido que él y Trump probablemente continuarán enfrentándose otros cuatro años, y que espera que el Partido Republicano lo ataque durante su convención que va a tener lugar esta semana en Milwaukee, pero ha pedido a los americanos dar un paso atrás del odio y la división y entender ese clima de confrontación dentro del marco habitual de la actividad política.
«No hay sitio en América para esta violencia. En este país resolvemos nuestras diferencias en las urnas»
«Debatimos y no estamos de acuerdo. Comparamos el carácter, los candidatos, los logros, los temas, la agenda, la visión de Estados Unidos. Pero en este país resolvemos nuestras diferencias en las urnas. El desacuerdo es inevitable en esta democracia. Es parte de la naturaleza humana. Pero la política nunca debe terminar siendo un campo de batalla. Creo que la política tiene que ser un terreno para el debate pacífico», ha pedido en un discurso de seis minutos.
«Aunque no estemos de acuerdo, somos vecinos, amigos, compañeros compatriotas»
«Podemos no estar de acuerdo», ha concedido. «Pero aunque no estemos de acuerdo no somos enemigos. Somos vecinos, amigos, compañeros, ciudadanos y sobre todo, lo más importante, somos compatriotas americanos». «Debemos unirnos como un país, y demostrar quiénes somos», ha cerrado su discurso.
Sigue sin conocerse el motivo del autor del atentado
En la noche de este domingo, las fuerzas y cuerpos de seguridad estadounidenses seguían sin saber qué ha podido llevar a un chico de 20 años de Bethel Park (Pensilvania), Thomas Matthew Crooks, a intentar matar al expresidente Donald Trump. Por el momento los agentes no han encontrado ninguna prueba de que el joven esté relacionado con ningún tipo de plan o de grupo organizado.
El chico disparó este sábado contra Trump mientras este daba un mitin en la pequeña localidad de Butler de su mismo estado, pero tan solo consiguió herir levemente al expresidente en la oreja derecha. Una persona falleció aparentemente en la misma ráfaga de disparos, y otras dos han resultado heridas y están en el hospital, ahora fuera de peligro. Los francotiradores del Servicio Secreto mataron al autor del atentado.
El FBI ha dicho que no han encontrado pruebas de que Crooks tuviese problemas de salud mental, pero sí encontraron explosivos, otro rifle y su teléfono entre sus pertenencias, que ahora están investigando. La familia está colaborando con la investigación.
El intento de asesinato es el primero que tiene lugar en Estados Unidos desde que en 1981 un hombre disparase al entonces presidente Ronald Reagan, aunque en realidad el autor quería llamar la atención de la actriz Jodie Foster, que acababa de rodar la película Taxi Driver. En el tiroteo, el jefe de prensa de la Casa Blanca James Brady quedó en una silla de ruedas. Muchos años antes, Lee Harvey Oswald mató a John F. Kennedy, y John Wilkes Booth asesinó a Abraham Lincoln.