Rudy Giuliani un día fue conocido como «el alcalde de América«, el mandatario que proyectó la imagen de resiliencia de Nueva York tras los atentados del 11-S. Protagonista de una caída en desgracia estrepitosa y con tintes patéticos, a los 80 años vive agobiado por multas millonarias, imputaciones con cargos penales y demandas, especialmente por su trabajo como abogado personal de Donald Trump intentando revertir los resultados de las elecciones de 2020. Recientemente despojado de su licencia de abogado en el Nueva York donde antaño fue un efectivo fiscal contra la mafia, se ha entregado a aventuras empresariales como la venta en internet de café, que promociona no solo como un producto «excepcional» sino como un «apoyo a la causa de la verdad, la justicia y la democracia estadounidense».

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