Aproximadamente, el 1% de los vuelos sufren cancelaciones, tal como indican los expertos en cancelaciones de vuelos de AirAdvisor. Esto se traduce en que, día tras día, alrededor de setecientos desplazamientos por vía aérea no tengan lugar a la hora prevista por la compañía aérea, sino horas o incluso días después.
Tal vez creas que el porcentaje es reducido, pero lo cierto es que son numerosos los españoles que acaban teniendo que sufrir las consecuencias de que su vuelo se cancele.
Casi medio centenar de menores de edad esperando en un aeropuerto hasta las 3 de la madrugada
En verano, es habitual que los colegios organicen viajes de fin de curso a la capital de Inglaterra. Este era precisamente el plan del Rosario Moreno, un centro escolar concertado y bilingüe. En definitiva, sus alumnos no tendrían dificultad alguna para comunicarse con los lugareños al llegar allí.
La experiencia fue realmente buena: desde el viernes 14 de junio, los alumnos disfrutaron de varios planes de lo más divertidos. Sin embargo, ninguno de ellos podía imaginar que el regreso a casa acabaría convirtiéndose en un calvario.
Después de una semana muy intensa, el casi medio centenar de estudiantes se presentó en un aeropuerto londinense que, por desgracia, suele estar bastante afectado por las cancelaciones de vuelos. Nos referimos al de Gatwick, el cual a finales de septiembre del pasado año se vio obligado a establecer un límite temporal de vuelos al día para reducir en la medida de lo posible este tipo de situaciones adversas.
Por desgracia, una de estas cancelaciones acabó pasando factura a los menores de edad. En concreto, las edades de los alumnos malagueños están comprendidas entre los 13 y los 15 años, factor que aumenta si cabe la gravedad de los hechos que relataremos a continuación.
Todo empezó al llegar al aeropuerto de Gatwick. La puntualidad por parte de los estudiantes fue exquisita, puesto que ya lo tenían todo preparado con la suficiente antelación para llegar a tiempo al vuelo que les llevaría de Londres a Málaga, aterrizando en la Costa del Sol a las 18:00h.
Al hacer acto de presencia en las instalaciones aeroportuarias, se produjo la primera novedad que fue recibida con caras largas por parte de todos los pasajeros que tenían que embarcar a una hora en concreto: el avión saldría con retraso.
Si bien es cierto que un retraso nunca sienta bien a los pasajeros, saben que acabarán llegando al destino ese mismo día, aunque sea una, dos o tres horas más tarde de lo previsto. Por desgracia, no fue así.
Poco después de averiguar que el avión saldría con retraso, en el rostro de los estudiantes malagueños se dibujó un sentimiento de incredulidad e incluso enfado con la compañía aérea al ver que su vuelo había sido cancelado.
La aerolínea a la que nos referimos es la low-cost de Iberia, la cual es conocida bajo el nombre de Vueling. Desafortunadamente, tal como sucede con otras compañías de bajo coste, es una de las más habituales en la lista de compañías con mayor número de incidencias en lo que respecta no solo a las cancelaciones, sino también a los retrasos.
Conviene destacar que hay compañías aéreas que prácticamente no se pronuncian al respecto. Por suerte, no es el caso que nos ocupa. Y es que la propia empresa se puso en contacto con SER Málaga para explicar cuáles eran los motivos de la cancelación del vuelo: “Debido a un problema con una torre de control relacionado con la operatividad, no ha podido aterrizar el avión que, poco después, iba a llevar a estos pasajeros a Málaga”.
Esta misma información fue trasladada al pasaje, quien reaccionó negativamente por motivos más que comprensibles: los menores de edad tendrían que pasar cuatro días adicionales en Londres por la imposibilidad de programar otro vuelo que les llevase de vuelta a casa.
Gracias a la insistencia de los tres profesores que acompañaban al alumnado, así como del resto de pasajeros que también tenían que hacer el vuelo Londres-Málaga, la aerolínea low-cost se puso las pilas y consiguió proporcionar una solución algo mejor: el vuelo de regreso saldría al cabo de dos días, es decir, el domingo.
Sin embargo, el descontento fue generalizado por varios motivos. En primer lugar, los alumnos estuvieron hasta las tres de la madrugada en las instalaciones aeroportuarias, con todo lo negativo que ello acarrea teniendo en cuenta que son menores de edad.
Vuelo Londres-Sevilla y después en autobús hasta Málaga
Por otra parte, el vuelo no llegó a Málaga, sino que aterrizó en Sevilla, por lo que los 44 estudiantes y los 3 profesores se vieron obligados a desplazarse en autobús para llegar a la Costa del Sol.
Afortunadamente, dos días más tarde de lo previsto pusieron los pies en sus respectivas casas, habiéndose convertido esta cancelación de vuelo en una de las más virales de los últimos meses. Eso sí, hay que decir que Vueling corrió con los gastos de alojamiento, dando pie a que algunas familias de los afectados prefieran no reclamar la cancelación del vuelo y olvidarse cuanto antes de una situación que esperan no volver a experimentar.
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