La sequía sigue pasando factura a los cultivos alicantinos, incluso a los que hasta ahora se había considerado como los mejor adaptados a las condiciones climatológicas de la provincia. Es el caso de la almendra, que este año verá reducida su cosecha alrededor de un 33% en el conjunto de la Comunidad Valenciana debido a la falta de agua y al exceso de calor, que ha contribuido a reducir el calibre de los pocos frutos que han cuajado.

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