La sequía sigue pasando factura a los cultivos alicantinos, incluso a los que hasta ahora se había considerado como los mejor adaptados a las condiciones climatológicas de la provincia. Es el caso de la almendra, que este año verá reducida su cosecha alrededor de un 33% en el conjunto de la Comunidad Valenciana debido a la falta de agua y al exceso de calor, que ha contribuido a reducir el calibre de los pocos frutos que han cuajado.
Así lo ha advertido este lunes la organización agraria Asaja, que también ha reclamado un cambio radical en la estrategia que se sigue para combatir la xylella para evitar que la tala de árboles cada vez que se detecta esta bacteria continúe arrasando cada vez una mayor superficie.
En concreto, las previsiones apuntan a que la cosecha que se iniciará en los próximos días apenas alcanzará las 4.490 toneladas en el conjunto de la autonomía, frente a la 6.702 toneladas del año pasado, lo que supone una reducción del 33,01%. Y eso teniendo en cuenta que la producción media de los últimos cuatro años ya ha sido del 36,28%.
La situación es especialmente grave en los municipios de Castalla e Ibi, donde prácticamente este año no habrá cosecha, según Asaja. La organización recoge este jueves, en un comunicado, el testimonio de un agricultor de la zona, Ramón Sola, que se ha quedado sin cosecha. «Este invierno, el árbol no ha llegado a mudar la hoja porque no ha hecho apenas frío», explica Sola, quien cuenta que sí que hubo floración, pero al no haber precipitaciones, el árbol estaba débil y apagado, por lo que se deshizo de la flor para poder aguantar.
En su finca de 40 hectáreas recolecta habitualmente entre 40.000 y 50.000 kilos de almendra, que este año se verán reducidos a «cero», según asegura, antes de reclamar más apoyo de la Administración para permitir la continuidad del cultivo.
Regadío
La situación es mejor en las zonas donde hay almendro de regadío, como la Vega Baja, pero igualmente el calor por encima de lo normal que se ha registrado durante todo el año ha propiciado que el fruto no alcance los calibres que suelen exigirse para su comercialización, lo que ha reducido la productividad de las parcelas.
A lo anterior se suma la propagación de la xylella fastidiosa, que «sigue imparable su avance hacia el sur y, lo que es peor, su estrategia de erradicación ya ha destruido el cultivo en las comarcas afectadas por la enfermedad, amenazando ahora al municipio de Relleu». Asimismo, se ha detectado un aumento de daños por la plaga de la avispilla en el Medio y Alto Vinalopó, sin fitosanitarios autorizados para su control en el cultivo ecológico del almendro.
Ante esta situación desde Asaja han querido aprovechar el cambio al frente de la conselleria de Agricultura -donde Miguel Barrachina a José Luis Aguirre, tras la salida de Vox del Ejecutivo autonómico- para reclamar una nueva estrategia para luchar contra la xylella, y que se pase «un plan de erradicación a uno de contención», además de acelerar un plan de replantación para reponer los bancales arrancados. «Es imposible erradicarla, dejemos de hacernos trampas en solitario y afrontemos la realidad de tener que convivir con ella», apunta el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu.
También reclama la aprobación de fitosanitarios «eficaces y baratos» contra la avispilla y que se autoricen «regadíos sociales con agua urbanas regeneradas» como apoyo a los cultivos de secano amenazados por el cambio climático, como asegura la organización que ya se hace en Castilla-La Mancha y Valencia.
Turrón con almendra local
Por último, desde Asaja piden a la Administración que inste a la Indicación Geográfica Protegida Turrón de Jijona y de Alicante a usar almendra de la provincia como base de su elaboración. Para los agricultores, «este cambio sería clave para recuperar y revitalizar el cultivo del almendro en nuestra provincia».
«El Turrón de Alicante obtuvo fama y mercado porque en Jijona y Alicante se cultivaban las míticas almendras. Por eso, ante esta grave crisis que atraviesa el cultivo, Asaja Alicante considera que ha llegado el momento de que el turrón devuelva a los campos alicantinos los que le hizo grande», señalan desde esta organización.