La trayectoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa 2024 ha sido hasta el momento intachable, con unos cuantos hitos deportivos que ya forman parte de la historia y que pueden culminar hoy con la consecución del cuarto título europeo. De entrada, es el único combinado que ha logrado ganar todos los partidos en una fase final de la competición, exhibiendo, además, un juego dinámico y con voluntad atacante. De ganar a Inglaterra se convertiría en el equipo con más Eurocopas y, para conseguirlo, habría vencido nada más y nada menos que a cuatro selecciones campeonas del mundo. Todo ello sin ser ni mucho menos la favorita antes de empezar el torneo. A lo largo del campeonato, quienes han destacado han sido españoles y jóvenes, muy jóvenes. La sensación han sido los extremos -Nico Williams y, sobre todo, Lamine Yamal, el futbolista más precoz de la historia en marcar un gol en un torneo de alto nivel, por encima del récord de Pelé-, pero también cabe anotar la presencia de otros futbolistas decisivos -como Dani Olmo, Fabián, Oyarzabal, Merino y Rodri- que han dibujado un estilo que se ha impuesto entre los grandes.
Desde los míticos triunfos de 2008 y 2012 en la Eurocopa (dos consecutivas) y de 2010 en el Mundial de Sudáfrica, la selección española no había descollado en las grandes citas. Con la salvedad, por supuesto, del combinado femenino, que firmó la consecución de un Mundial en 2023. También fue en ese año cuando el conjunto ya entonces dirigido por Luis de la Fuente se hizo con la UEFA Nations League, un prolegómeno de los éxitos actuales.
Es aquí donde debe buscarse el secreto de la selección. El entrenador que sustituyó a Luis Enrique provenía de las categorías inferiores y consiguió el campeonato europeo sub-19 y el sub-21, con buena parte de los jugadores que ahora están bajo sus órdenes en Alemania. De la Fuente ha ido hilvanando un conglomerado que se ha cohesionado con el tiempo, más allá de individualidades. El camino no ha sido fácil, sobre todo en los despachos. Desde 2023, la Federación Española de Fútbol vive un auténtico marasmo, provocado por la conocida y lamentable actuación de Luis Rubiales, pero también por diversos casos que han ido salpicando la entidad.
Una España joven, descarada y renovada se ha convertido en el espejo de un país que ha cambiado, multirracial, diverso. La generación Lamine Yamal pide paso no solo en el deporte sino en su implicación social. El éxito futbolístico es también una victoria contra el racismo y la xenofobia, contra las injusticias con los inmigrantes. Un referente sociológico que nos habla de una comunidad abierta, dispuesta a labrar su futuro. Más allá de contadas polémicas, el triunfo del fútbol será también un antídoto contra el odio y a favor de la convivencia.
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