En medio de la crispación política generada estos últimos años, la polarización social que ha reportado actos como el asalto al Capitolio y tras el intento de asesinato del expresidente y candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, en un mitin que celebraba en Butler (Pensilvania), la pregunta que está en el aire escuál es la cota máxima de crispación que se puede llegar para acabar por amenazar la integridad de los principales dirigentes políticos.
Y es que el tiroteo que ha sufrido el líder republicano nos ha trasladado a otros capítulos de la historia estadounidense en el que la violencia y el magnicidio a través de las armas ha sido recurrente.
Ante esta diatriba, el politólogo de la Universidad de Chicago, Robert Pape, que ha estudiado las actitudes estadounidenses hacia la violencia política desde el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de un grupo ultra a favor de Trump, realizó una encuesta a nivel nacional sobre el tema el mes pasado.
El resultado fue esclarecedor: el 10 por ciento de los encuestados indicó que “el uso de la fuerza está justificado para evitar que Donald Trump llegue a ser presidente”. Un tercio de los que dieron esa respuesta también dijeron que poseían un arma.
Por otra parte, el siete por ciento de los encuestados afirmó que “apoya la fuerza para restaurar a Trump en la presidencia”. De este 7% a favor de Trump, la mitad de ellos indicaron que poseían armas.