Cinco ascensiones, casi 200 kilómetros, 4.800 metros de desnivel positivo y una llegada en la cima de un puerto de categoría especial: el Tour de Francia se despide de los Pirineos con una propuesta de las de antes, un maratón en las cumbres.
Entre Loudenvielle y el Plateau de Beille se ascenderá a Peyresourde, con sus 6,9 kilómetros al 7,8% de desnivel, Col de Menté -9,3 kilómetros al 9,1%-, el Portet d’Aspet –4,3 kilómetros al 9,6%- el Col d’Agnes -10 kilómetros al 8,2% y Plaetau de Beille, que con sus 15,8 kilómetros son un calvario para las piernas, con rampas por encima del 10%, aunque de media tiene un 7,9%.