La destreza y el equilibrio sobre una barra han dado a Laura Casabuena (Alcoy, 2005) la posibilidad de cumplir uno de los sueños que tiene desde muy pequeña, competir en unos Juegos Olímpicos, esa cita magnánima que veía por la tele dibujando en el aire las figuras y movimientos que, pocos años más tarde, la han llevado a París.
La joven gimnasta consiguió su billete para competir en la capital gala en el pasado Mundial de Doha, al concluir en quinto puesto en el aparato de barra de equilibrio, aunque en los Juegos podrá competir en todos. La clasificación olímpica le llega con cierta premura, ya que la planificación principal estaba puesta de cara a Los Ángeles 2028.
Mucho que aprender, poco que perder
Por lo tanto, Casabuena llegará a París con todo por aprender (y ganar) y absolutamente nada que perder. Tendrá todos los ejercicios a su disposición para codearse con las mejores y ver si, especialmente en barra de equilibrio, puede dar la sorpresa y colarse en la final, aunque sin un solo gramo de presión.
Recién cumplida la mayoría de edad, Casabuena viajará a París para adelantar experiencia y conocimientos, esperando que, ni mucho menos, sea su última presencia en unos Juegos. Sin ir más lejos tiene un buen espejo en el que mirarse en su misma ciudad en la figura del también alcoyano Néstor Abad.