Merece la pena detenerse en el minuto y medio de la secuencia del intento de magnicidio del candidato a la Casa Blanca Donald Trump. El expresidente está mirando a su derecha mientras habla a sus seguidores en un mitin en la ciudad de Butler, Pennsylvania. En un instante, gira todavía un poco más el rostro hacia la derecha, y la bala que iba a matarle solo le roza la oreja. ¿Qué habría ocurrido si, de pronto, hubiera mirado al frente y puesto su cabeza más perpendicular a la trayectoria de la bala? 

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