En este combate de boxeo entre Tadej Pogačar y Jonas Vingegaard en el que se ha convertido el Tour de Francia, el último golpe (y qué golpe) lo ha asestado el ciclista esloveno. Gracias a un poderoso ataque a falta de 4 kilómetros para la línea de meta, y al trabajo de su equipo durante las ascensiones previas al Tourmalet y Hourquette d’Ancizan, el corredor del UAE Emirates se ha llevado la primera etapa pirenaica de este Tour, con final en Saint-Lary-Soulan, y ha aumentado su ventaja en la clasificación general.

Aunque parecía, en un primer momento, que Vingegaard iba a ser capaz de cerrar el hueco, como hizo el miércoles en el Macizo Central, Pogačar, que hoy ha optado por una estrategia diferente, lanzando por delante a su compañero Adam Yates para posteriormente apoyarse en él, acabó por mantener e incrementar la ventaja que consiguió tras su ataque. Hoy sí, bien alimentado e hidratado, no experimentó fases de debilidad, y ha sido capaz de exprimir al máximo la subida a Saint-Lary-Soulan, que le ha reportado unos segundos que valen su peso en oro. Cada uno de ellos.

En meta, el maillot amarillo ha acabado consiguiendo 39 segundos de ventaja sobre Vingegaard. El danés, que ya es segundo tras adelantar hoy a Remco Evenepoel, está a 1:57 de Pogačar en la clasificación general, una distancia que empieza a parecer insalvable salvo que el esloveno sufra algún percance que merme su rendimiento en las próximas jornadas.

Mañana, etapa reina

Con permiso de la 19º novena etapa de este Tour, una jornada alpina donde el pelotón estará todo el día pedaleando por encima de los 2000 metros de altura, mañana se disputa la jornada «reina» de esta edición de la Grande Boucle: 200 kilómetros en el corazón de los Pirineos, siete puertos de montaña y final en Plateau de Beille, cumbre de categoría especial.

Si no quiere que se esfumen sus posibilidades de ganar el Tour, Vingegaard tendrá que reaccionar. Después de lo ocurrido el miércoles, donde fue capaz de ganar una etapa que, a priori, era mucho más favorable para Pogacar, al danés se le han escapado hoy demasiados segundos en un día que, siendo duro, en principio no presentaba mayores peligros para él.

Solo cabe esperar 24 horas para ver quién da el próximo golpe.

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