Después de llevar tiempo esperando una reunión en Madrid con los altos cargos de Costas para, entre otros asuntos de interés, conocer su punto de vista o qué medidas tenían previsto acometer para proteger el tómbolo rocoso sobre el que asienta la ciudadela amurallada, el Ayuntamiento de Peñíscola ha vuelto con las manos vacías en relación a este asunto.
El alcalde, Andrés Martínez, ha viajado este jueves a la capital para reunirse con la subdirectora general de esta entidad gubernamental y la única conclusión que pudo sacar sobre este tema es que Costas no se implicará a la hora de realizar trabajos para proteger los acantilados.
Denuncia del alcalde
«No han querido saber nada», denuncia el primer edil, y explica que ahora pasan la problemática a Patrimonio del Estado, siendo la misma Administración (ambas pertenecen al Gobierno central).
«Costas se desentiende y nos deriva a Patrimonio. Este Ayuntamiento no se va a callar e insistiremos donde tengamos que insistir para que garanticen la seguridad del tómbolo y así evitar nuevos desprendimientos en los acantilados», hace hincapié Martínez.
Casi cinco años después
El origen del caso se remonta a hace un lustro. Un fuerte temporal marítimo azotó la costa de Peñíscola en diciembre del 2019 y provocó la caída de dos grandes bloques de piedra de los acantilados que sustentan el tómbolo sobre el que se asienta el castillo del Papa Luna y el casco antiguo.
Casi cinco años después, todavía no han llevado a cabo ninguna intervención para paliar los efectos del mar sobre la roca. Durante todo este tiempo, el Ayuntamiento ha aprobado distintas mociones para exigir acciones de protección. La primera en enero del 2020, a través de la que reclamaban a Costas realizar de urgencia un estudio geológico.
La segunda llegó en febrero del 2022, mediante la que instaban al Ejecutivo central a llevar a cabo las medidas contempladas en el estudio de la Universitat Politècnica de València (UPV), que fue encargado por la Diputación. Con el objetivo de activar ese plan de acción para la estabilización y protección de las laderas del frente marítimo, la administración provincial creó en noviembre de ese año una mesa de trabajo en la que estaban representados distintos estamentos ministeriales.
Asimismo, a nivel municipal, el pasado mes de mayo, Peñíscola se sumó al resto de municipios de la provincia y a la propia Diputación para solicitar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico inversiones que ayuden a proteger el litoral.
«Es fundamental que sumemos esfuerzos», expresó el alcalde, clamando «la necesidad de garantizar la seguridad y sostenibilidad del conjunto histórico-artístico», afirmó. Otro de los temas expuestos en la reunión con la Subdirección General de Costas fue la playa Norte de Peñíscola y su regresión. La entidad gubernamental se compromete a aportar 150.000 metros cúbicos de arena en las zonas con mayor afectación de los temporales, es decir, desde la zona de la Volta a la Ratlla del Terme.
Pasarela volante
El tercer gran asunto que abordaron es la pasarela volante para mejorar el acceso de peatones y bicicletas en el litoral sur. «Como el ministerio no pretende hacer el proyecto, lo tramitaremos nosotros desde el Ayuntamiento, no esperaremos más», dijo Martínez.
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