Javier Milei hace sentir el peso de su ausencia. Ha viajado por quinta vez a Estados Unidos sin misiones estatales a la vista y dejando detrás suyo un halo de interrogantes y temores. El presidente argentino se subió a un avión de alquiler a pesar de haber dicho que se enfrenta a «maniobras golpistas» llevadas a cabo por el tercer banco de este país. Ni siquiera los seguidores más fieles entienden cómo abandona la Argentina después de haber lanzado semejante denuncia. Milei, quien la semana pasada aterrizó en Brasil para agitar a la ultraderecha de ese país, esta vez optó por participar en calidad de actor secundario de la conferencia de multimillonarios, en su mayoría del sector tecnológico, que tiene lugar en la ciudad de Hailey, en el estado de Idaho. Los medios locales consignaron que el mismo Gobierno que reivindica el ajuste estructural de la economía y la «motosierra» que ha dejado sin trabajo a miles de empleados públicos ha pagado unos 300.000 dólares por un jet de Flyzar, la misma compañía que opera la aeronave particular de Leo Messi.
El anarcocapitalista se olvidó pronto de las «maniobras golpistas» del Banco Macro y dijo en la misma Hailey que tiene «cero pánico» por el aumento del precio del dólar en el mercado informal, que en marzo pasado costaba 1010 pesos por unidad y el viernes llegó a 1500 pesos. El presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) Javier Bolzico lamentó la superficialidad de las palabras en boca del mandatario. «No se debe banalizar el término (golpe), considerando la historia de nuestro país». A Milei parece importarle poco el pasado y sus enseñanzas, al punto de haberse subido a un tanque de guerra el pasado lunes para participar de un desfile militar que destiló el inocultable aroma nostálgico de los tiempos en que las Fuerzas Armadas gobernaban este país con costos sociales, humanitarios y económicos que todavía impactan en el presente.
Bolzico defendió a su vez la decisión tomada por el Banco Macro de haber liquidado unos 1800 millones de dólares en bonos de la deuda que estaban en su poder, obligando al Banco Central a transgredir el decálogo presidencial y emitir moneda para pagarlos. Para el anarco capitalista, detrás de esa maniobra que estiró la diferencia entre el dólar oficial y el que se compra y vende en el circuito paralelo, está el kirchnerismo, siempre al servicio de explicar los problemas nacionales. A pesar de haber devaluado en 118% la moneda local, el costo de la vida de un país donde un libro o un litro de leche cuestan más que en España se ha devorado la depreciación.
Datos alarmantes
Desde que asumió la presidencia, el pasado 10 de diciembre, Argentina acumula una inflación del 80%, una cifra que el presidente considera auspiciosa. La pobreza es del 55,5%, de acuerdo con un estudio de la Universidad Católica. El cuadro recesivo se intensifica. La aprobación de la Ley Bases que le otorga facultades excepcionales no ha calmado a los mercados. Aunque Milei no duda de la eficacia de su programa, en Estados Unidos reconoció que agosto se asoma con algunas complicaciones. «Habrá que bancarse (soportar) fluctuaciones, seguramente. Tanto lo que queda de este mes y agosto, van a ser meses difíciles en el mercado de cambio porque es cuando usted tiene el invierno más crudo, cuando se nos van más dólares por la energía. Pero nosotros no tenemos problemas, lo que vamos a hacer es restringir totalmente la cantidad de pesos».
Misión imposible
Según ‘La Nación’, Milei intenta la «misión imposible» de reordenar a la política y la economía » desde arriba de un tanque». Mucho más complicado es hacerlo desde un avión. Para Jorge Fontevecchia, director del diario ‘Perfil’, Milei «puede estar confundiendo la fama de comediante que bien merecida tiene con su autopercepción de ser el faro de occidente y creer que en tal condición lo invitan, por ejemplo, a la Conferencia de Sun Valley en Ohio». Los organizadores del evento no solo invitan a gran parte de los principales empresarios norteamericanos, «sino también a atracciones del show business, como la actriz Oprah Winfrey, el jugador de la NBA LeBron James, el cantante Dan Chandler y la diseñadora Stacey Bendet Eisner». El anarco capitalista «debería reflexionar si le cabría a él mismo la condición de espécimen extraño disfrutando y padeciendo la insoportable levedad de ser una atracción». Fontevecchia advierte un «deseo profundo» en Milei: ser famoso «como jugador de fútbol, como actor de stand up, como conferencista o como presidente, siendo este cargo un medio y no un fin».
Ignacio Fidanza, columnista de ‘La Política Online’ señala que Milei ha fracasado en su primer semestre de gestión. «No ha conseguido cambiar el régimen monetario, levantar el cepo (la restricción para la compra de divisas), privatizar, bajar impuestos, llevar la inflación a nivel de los países de la región, ni reformar las leyes laborales». El presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, «decidieron que para frenar la inflación era necesario provocar una recesión histórica de una profundidad cuyo piso aún se desconoce, sin tener clara la ruta de salida». En ese contexto se hacen evidentes las tensiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, según Fidanza, «cuestiona el inmovilismo del equipo económico» y reclama una devaluación. Milei «les contesta con insultos» y Caputo «miente» al decir «que está todo bien» con el FMI. La dupla «se ha quedado sin ideas».
En este contexto ha entrado al Gobierno Federico Sturzenegger, el «monje negro» de Milei, en calidad de ministro de Desregulación. Los analistas ven ese ingreso como un guiño al FMI pero también una fuente de futuros problemas. El flamante ministro no tiene buenas relaciones con Caputo, quien lo reemplazó en 2018 en el Banco Central durante la presidencia de Macri. Bajo su administración tuvo lugar una fuerte fuga de dólares al exterior. Por entonces, Milei fulminaba a Caputo y lo hacía responsable de la crisis financiera. Esos señalamientos no impidieron convertirlo cinco años más tarde en un «coloso».