España roza el 60% de generación renovable en los primeros seis meses del año, según los datos de Red Eléctrica, marcado por la energía fotovoltaica, pero sobre todo por una intensa producción hidráulica en la primera parte del ejercicio. En concreto, un 59,8% que podría anticipar un nuevo récord de generación limpia a final de año, en función de lo que ocurra en la recta final del ejercicio. El objetivo a 2030 -establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)- es alcanzar el 81%.
El año 2023 fue el primero de toda la serie histórica en que la cuota de electricidad verde sobre el total alcanzó el 50%, después de un 2022 marcado por la sequía, que hundió la generación hidráulica, y el parón nuclear en Francia, que disparó la demanda, y llevó a culminar el año con una tasa renovable del 42,5%. Sin embargo, 2021 fue mejor que 2022, con el 46,7% de la energía producida hidráulica, solar, eólica o procedente de la biomasa.
El aumento de generación renovable se traduce en menos emisiones contaminantes y en precios más bajos. En el primer caso, el motivo está claro: la generación limpia expulsa a la fósil, que hace años era la principal fuente del sistema eléctrico. Eso se tradujo en que durante los primeros seis meses de 2024 las emisiones de CO2 se redujeran un 22,8% frente a la primera parte de 2021, hasta ahora la etapa menos contaminante desde que hay registros.
Pero en el segundo caso la explicación difiere porque si bien las renovables hunden los precios. Y eso se aprecia en esta primera mitad de 2024, cuando el megavatio-hora (MWh) costó una media de 39,09 euros, el promedio más bajo desde principios de 2020, cuando la pandemia hundió la generación eléctrica. Entre 1998 y 2016 hay muchos semestres con precios inferiores pese a la menor presencia de tecnologías limpias porque en esa época las tecnologías fósiles marcaban precios más asequibles al no estar penalizadas las emisiones que generaban y al tener materias primas, como el gas, más baratas.
Meteorología
Aunque se prevé que la generación renovable vaya ‘in crescendo’, con el aumento de las instalaciones eólicas y solares, y con ella se reduzcan las emisiones y el precio, el peso de la producción limpia en el ‘mix’ eléctrico depende mucho de la meteorología, hasta que se desarrolle el almacenamiento, que permita acumular los excedentes de energía limpia para su uso en los momentos de escasez de viento, sol o agua o cuando en momentos pico de la demanda.
Precisamente, eso fue lo que ocurrió en este primer semestre, cuando las intensas lluvias en la zona noroeste y centro peninsular, donde se concentran la mayoría de las centrales hidroeléctricas, dispararon la generación con agua un 58% frente a la primera mitad del año pasado. A eso se sumó una mayor generación solar (16% más) y una producción eólica, que incluso se redujo frente a las cifras de un año antes (3% menos).
Como ejemplo, el caso de Iberdrola, la principal eléctrica de España incrementó un 21% su generación renovable en el primer semestre gracias al alza del 61% de la generación hidroeléctrica a partir del almacenamiento por bombeo. Mientras, el resto de centrales eléctricas de la compañía redujeron su producción, con el retroceso de los ciclos combinados a la cabeza, al reducir su actividad un 54%. Pero también generaron menos las nucleares (29%), la eólica (13,9%) o la solar (15,9%). Iberdrola cerró el semestre con una producción eléctrica un 1,2% inferior al año anterior.
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