En enero de 2024 publiqué en este diario un estudio sobre el galeón San José en donde expuse las vicisitudes de la nave y su cargamento. Han transcurrido unos meses y la noticia mantiene su novedad por la iniciativa del gobierno colombiano de promover la ejecución de un plan de actuación sobre el pecio histórico.

Esta decisión fue expuesta en las jornadas internacionales: «Perspectivas y desafíos en investigación del hallazgo del Galeón San José», celebrado en Cartagena de Indias los días 22 y 23 de febrero de 2024. Participaron expertos colombianos y de otros países, como el Dr. Filipe Castro, de la Universidad de Coimbra (Portugal); el Dr. Martijn Manders, de la Universidad de Leiden (Países Bajos); el Dr. Nicolás Ciarlo, de la Universidad de Buenos Aires (Argentina); el Dr. Stephanie Crette, de la Universidad de Clemson; el Dr. Arturo Rey da Silva, de la Universidad de Edimburgo (Escocia) y el Dr. Roberto Junco, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (México).

Las ponencias trataron varias cuestiones: Robótica marina; Administración en los proyectos de arqueología subacuática; Arqueometría y tecnología náutica; El galeón real Ntra. Sra. del Juncal y la arqueología submarina en México; Proyectos de investigación en arqueología marina… Otro de los puntos a debate fue la gestión de contextos arqueológicos en aguas profundas, así como la conservación del patrimonio cultural sumergido. El pecio se encuentra a una profundidad de 600 m.

Se anunció el cronograma de las actividades jurídicas, científicas y culturales que se llevarán a cabo por el Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la Dirección General Marítima (Dimar) y la Armada Nacional. Se pretende identificar y catalogar todos los restos del galeón real San José. También se debatió sobre el buque ARC Caribe de la Armada Colombiana, una plataforma tecnológica desde la que se han hecho los estudios subacuáticos previos al rescate que se prolongarán durante varios años.

En el simposio, el ministro de cultura, Juan David Correa, declaro que «el ejecutivo no tiene voluntad de esconder decretos en los despachos, de decir mentiras, de tener planes secretos para mercantilizar un patrimonio arqueológico». Expuso su voluntad de escuchar a todos los interesados en el pecio, sean gobiernos, universidades y científicos.

La investigación científica expuesta en la conferencia de febrero diferenció diversas fases:

1. Dirección del proyecto. Consiste en la planificación estratégica y la ejecución administrativa y científica del proyecto.

2. Operativa del proyecto. Consiste en la ejecución de las operaciones marítimas, el control de las diferentes plataformas a emplear y la coordinación investigadora del proyecto.

3. Prospección y caracterización. Obtención de información del lecho marino para conocer las características fisicoquímicas de la columna de agua hasta el suelo marino. Se usarán modelos matemáticos para reconstruir las corrientes del fondo y el comportamiento de los sedimentos. Se precisarán geo amenazas en la provincia geológica circundante y se hará prospección con sensores remotos y una inspección visual con ROV (vehículo submarino no tripulado) para efectuar un análisis arqueológico de distribución espacial. Permitirá establecer un punto de partida sobre el nivel de deterioro de los elementos identificados.

4. Registro arqueológico. Se ejecutará un registro arqueológico georreferenciado a través de la captura fotográfica de alta resolución mediante el uso del ROV. Con este material digital se creará un modelo tridimensional de alta precisión (modelo fotogramétrico), que ofrecerá una documentación detallada y exhaustiva. Permitirá clasificar los materiales y su procedencia.

5. Robótica y electrónica. Gestión del vehículo no tripulado submarino ROV.

6. Materiales. Convergen diversas áreas de conocimiento tales como la conservación, arqueología, química. Se determinarán los procedimientos técnicos adecuados para la conservación de los restos inventariados.

7. Divulgación. Consistirá en el desarrollo de dos actividades principales: la divulgación científica y la participación de la ciudadanía a los objetos hallados con el propósito de impulsar la apropiación social del patrimonio cultural sumergido.

En mayo de 2024, y en virtud del Decreto 138 de 2019, de 6 de febrero, que modifica el Decreto 1080 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Cultural, la zona en donde se encuentra el pecio fue declarada «Área Arqueológica Protegida». Esta declaración incumbe al área afectada y a su espacio de influencia, y se encuentra definida por polígonos georreferenciados. La georreferenciación es el uso de coordenadas de mapa para asignar una ubicación espacial a entidades cartografiadas.

La competencia administrativa para declarar esta situación jurídica corresponde al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), previa presentación de un Plan de Manejo Arqueológico.

Es una decisión administrativa muy especial, pues como recoge el diario «El Economista» el 8 de julio de 2024, en declaraciones de la directora del ICANH, Dr. Alhena Caicedo

Fernández: «Solamente se declaran así yacimientos arqueológicos cuya singularidad, representatividad y el nivel del estado de conservación en que se encuentran resultan importantes para garantizar las condiciones de memoria y de identidad para lo que significa el patrimonio». Supone la primera área arqueológica protegida de Colombia en el ámbito subacuático y es la primera de América a esa profundidad.

El día 22 de mayo de 2024, el ministro de Cultura colombiano anuncio el comienzo de la expedición científica. Esta actividad ha sido denominada «Viaje al corazón del galeón San José». Tiene un coste de 18.000 mll pesos colombianos, equivalente a 4 mll €.

La Armada colombiana ha puesto a disposición los buques ARC Simón Bolívar y ARC Caribe, embarcaciones de investigación científica, para comenzar la investigación de campo. Se sumó a este trabajo el Instituto de Antropología e Historia (INAH) de México pero no, en cambio, las organizaciones científicas de España que poseen un gran bagaje científico y, además, exitoso, en el tratamiento de pecios submarinos. Baste referenciar al Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena y el tratamiento técnico y académico que dispensó a las pertenencias de la fragata Infanta Mercedes.

Son gestos que delatan voluntades… Y España no puede ser considerada en menor grado que los indios Qhara Qhara, de Bolivia, cuyo interés es patente y persistente, y su atrezzo sugestivo, aunque con remotos derechos sobre la propiedad del cargamento. También cabría decir, en atención los estudios históricos publicados por el Inca Garcilaso de la Vega, hijo de princesa imperial inca, que todo el territorio de Bolivia fue Inca y por ello, Perú sería verdaderamente quien ostentaría un interés en el pecio. Interés que no se ha mostrado porque es posible que no exista.

Como vemos, esta vía nos llevaría a un escenario que tendría muy difícil encaje en la normativa internacional, porque las emociones y percepciones subjetivas no poseen relevancia en un mundo jurídico construido sobre datos y hechos constatables.

Conforme a este relato, podría España reclamar a Italia todo el oro y plata extraídos en nuestro país, que fue mucho y bueno… pero a nadie se le ocurriría iniciar semejante petición porque, entre otros motivos, España asumió Roma con plenitud y fue Roma. Escribió el eminente historiador Menéndez Pidal, en su Historia de España, que la civilización peninsular es romana de pies a cabeza.

Sea como fuere, lo que es manifiesto y contundente es la demanda que la empresa Sea Search Armada ha presentado en el mes de junio de 2024 ante la Corte Permanente de Arbitraje en reclamación de 10.000 mll de dólares, el 50 % del valor que se supone al cargamento del galeón. Se transportaba la recaudación de los impuestos y gravámenes de la Real Hacienda española y capital para invertir de los comerciantes de la zona.

Citar por último dos cosas.

La posición española ante estas actividades arqueológicas, según informa el diario «El Nuevo Siglo», en febrero de 2024, es llegar a un acuerdo bilateral que conduzca a un nuevo paradigma entre ambos países en pos de la protección del galeón.

Y lo más importante y lo más olvidado, desaparecieron 600 personas por el ataque inglés. En toda la serie de preparativos presentados por Colombia no hay gesto alguno que honre la memoria de los muertos, pasaje, tropa y tripulación, cuyos restos yacen también en el fondo del mar rodeado de unas riquezas que les son indiferentes. Algún gesto piadoso es una cuestión de decencia y respeto exigibles. El hombre no es solo un ser cuajado de ambiciones, también posee una dimensión espiritual que lo hace civilizado y lo distingue de lo bárbaro y animal.

Juan B Lorenzo de Membiela

Fuente