Alcaldesa de María de Huerva entre 2007 y 2019 y respetada diputada en las Cortes de Aragón desde 2011, es una amante de las sesiones parlamentarias –suele seguir desde el AVE el streaming de las Cortes de Aragón y habitúa a no moverse del asiento durante los plenos, rara avis entre los consejeros cuando no les toca comparecer–.
Vaquero ascendió a la primera línea de la política aragonesa cuando Azcón le encomendó liderar la revitalización del grupo popular en La Aljafería. Aceptó la misión del recién elegido líder del partido en Aragón y junto a Marian Orós, Carmen Susín y Ana Marín, formó un equipo de guerreras en las Cortes que endureció la oposición al cuatripartito en los dos últimos años de legislatura. Tenía la tarea de hacer frente a Javier Lambán, y lo cierto es que no salió mal parada del careo con el experimentado expresidente socialista y, huelga decirlo, brillante en el terreno dialéctico.
Azcón reforzó su confianza en Vaquero al colocarla como la número dos de la lista por Zaragoza en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, aunque hubo quien rumoreó con que estaba en las quinielas para la alcaldía de Zaragoza. Sin embargo, para ella tenía reservado un papel clave en la negociación con Vox: la hizo vicepresidenta de la Mesa de las Cortes en la que manda Marta Fernández (Vox), lo que sorprendió en el arco parlamentario porque no pocos apostaban por ella como una consejera de peso en la nueva DGA. Aceptó sin remilgos, quizás resignada por su carácter de mujer de partido que la llevó hasta esa primera línea, aunque algunos la vieron soltar alguna lágrima en sede parlamentaria. Había otras razones, pues Vaquero tomó posesión del cargo un día después del fallecimiento de su padre.
Fue al conformar el Gobierno cuando Azcón recompensó ese trabajo en la sombra al hacerla vicepresidenta segunda, portavoz –ha puesto cara a las desavenencias con Vox– y consejera de Economía, Industria y Empleo –muy vinculada a las inversiones tecnológicas–. Ahora adquiere las competencias de Presidencia y Justicia, lo que crea un macrodepartamento que la coloca como absoluta número dos del Ejecutivo ante los focos y la adentra todavía más en el núcleo duro de Azcón junto a Octavio López y Roberto Bermúdez de Castro.
Poco tiempo libre le quedará ahora a Vaquero, a la que le ha pillado la reforma en el Gobierno de Aragón en medio de una reforma en su casa aprovechando el verano. El poco descanso lo aprovechará para pasear a su perro Figo, una costumbre en su casa por el gusto de su padre por llamar a los canes como las leyendas del Real Madrid.