Lamine Yamal y Nico Williams están ascendiendo a velocidad de esprint al altar de los héroes sociales. Se trata de dos jóvenes con historias de vida diferentes pero ambos de familia migrante –los padres del navarro hicieron la peligrosa travesía del Sahara–, clase popular y los únicos jugadores negros de la selección española. Su presencia, cómo no, ha puesto en marcha la maquinaria xenófoba. Sin embargo, su impacto también está contribuyendo a agrietar los discursos antiinmigración que consumen los más jóvenes en las redes sociales y a ampliar los horizontes vitales de una generación de chavales que han crecido entre dificultades y el racismo cotidiano.

Fuente