El pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que afectan normalmente a personas con diabetes. Estos niveles provocan daño en los vasos y nervios y pueden producir (de hecho lo hacen) complicaciones a medio-largo plazo.
Esta enfermedad se caracteriza por una ulceración de los tejidos que forman el pie en pacientes con diabetes. Los niveles de glucosa se ven alterados y es muy importante que personas con diabetes vigilen sus pies, ya que el diagnóstico precoz es clave. Puede aparecer en, al menos, un 20% de las personas diabéticas.
Síntomas del pie diabético
El principal síntoma del pie diabético es la aparición de heridas y úlceras en el pie, aspecto, como decíamos, a controlar con especial atención. Además de esto, algunos otros síntomas son:
- Hormigueos y calambres.
- Ausencia de sensibilidad en los pies.
- Conversión de las heridas en úlceras.
La mala circulación en el pie provocan estas úlceras que, en el peor de los casos, puede derivar en alguna amputación.
El diagnóstico precoz, clave para frenar estas úlceras
Como en cualquier otra enfermedad, dar con un diagnóstico precoz es de vital importancia para frenar el desarrollo de las heridas. Además, en este caso el diagnóstico precoz adquiere más importancia de lo normal, ya que muchos de los pacientes pueden no tener ningún síntoma aparente pero padecer la enfermedad.
En este pronóstico, sea favorable o no, es esencial determinar la situación arterial de la extremidad, es decir, si el paciente ha desarrollado la angiopatía de forma concomitante y no tiene pulso en el pie, las posibilidades de curación son menores.
¿Tiene cura?
- Lo más importante en el pie diabético es la prevención. El tratamiento de las úlceras debe orientarse en el alivio de la presión plantar, que puede conseguirse con reposo o evitando apoyar el pie.
- Además, las úlceras deben limpiarse regularmente, para eliminar posibles callosidades e infecciones.
- Si hay infección, normalmente se recomendará tratamiento antibiótico si hay infección.
Aunque cada caso es un mundo y deberá de ser un especialista (en Angiología y Cirugía Vascular) el que determine el tratamiento a seguir.
Si hablamos de tratamientos para el pie diabético, hemos de profundizar sobre uno que no es apenas conocido y tiene un 100% de éxito en los tratamientos de aplicación cutánea en los pacientes en los que es aplicado: las ondas de choque cutáneas.
Las ondas de choque para el pie diabético: tratamiento desconocido, pero eficaz
Los tratamientos con ondas de choque desfocalizadas de aplicación cutánea son ondas que se aplican sobre lesiones cutáneas para mejorar la cicatrización, como es el caso de las úlceras en los pies diabéticos.
Estas ondas provocan un aumento en la regeneración del tejido colágeno a través de la liberación de factores que favorecen la aparición de nuevos vasos sanguíneos y fibroblastos y, por lo tanto, la cicatrización.
Algunos de los beneficios de este tratamiento son:
- Regenera el tejido dañado y así acelera el proceso de reparación tisular.
- Favorece el proceso de cicatrización en menor tiempo.
- Alivia el dolor y mejora la calidad de vida.
- La técnica es no invasiva y se realiza en consulta.
- Es un tratamiento seguro y eficaz que no tiene asociados efectos secundarios.
- Reduce los costos asociados.
Las ondas de choque desfocalizadas tienen un 100% de éxito total en los tratamientos de aplicación cutánea.
Para conocer mejor este innovador y desconocido tratamiento, este diario ha contado con la colaboración de la Clínica DKFy la doctora especialista en reumatología y podología, Karin Freitag.
¿Cómo es el tratamiento?
Es importante señalar que el número de sesiones a realizar con estas ondas de choque dependerá del tamaño de la herida y el intervalo será de dos semanas entre una y otra. «En úlceras pequeñas normalmente es suficiente con dos sesiones y en úlceras más complicadas y de mayor tamaño pueden llegar a necesitarse entre ocho y diez sesiones», concreta la doctora.
Hemos podido asistir a una sesión en directo de esta clínica para conocer de primera mano el proceso:
- Primero se mide el área de la herida y se calculan los impulsos que se deberán aplicar en cada sesión en la zona siguiendo protocolos internacionales establecidos.
- Hay que realizar en cada sesión una buena limpieza de la herida y mantener máxima esterilidad durante la aplicación de las ondas. Tanto el gel como el cabezal del aplicador, así como el material utilizado deberá de ser estéril. Por supuesto, el propio médico debe llevar siempre guantes estériles.
- Se aplica el gel estéril sobre la herida ya desabrida y limpia, se cubre con un apósito transparente estéril y se vuelve a aplicar el gel para comenzar con las ondas de choque.
- Una vez finalizada la sesión, se retira el gel y se cubre la herida con un apósito estéril que el paciente se podrá retirar a las 24 horas para continuar con sus curas diarias.
El efecto de las ondas de choque
Se ha demostrado que las ondas de choque generan un efecto biológico a través de la mecanotrasducción y que, sobre todo, mejoran la vascularización del tejido, acelerando así la cicatrización de las heridas.
El efecto que provocan estas ondas de choque es un efecto llamada de los factores de crecimiento al foco de la herida, lo que provoca un aumento en la regeneración del tejido colágeno que favorece la aparición de nuevos vasos sanguíneos y fibroblastos y, por lo tanto, la cicatrización.
Como decíamos, el número de sesiones dependerá de la herida. Pocas clínicas tienen este método 100% eficaz disponible y en la clínica DKF tiene un coste de 180 euros cada sesión. Un tratamiento que es apto para todos los diabéticos.
Como decíamos, es un tratamiento muy desconocido, incluso por los propios médicos, y debe de divulgarse información acerca del mismo por el éxito que tiene.
Una vez cerrada y curada la úlcera, el paciente deberá seguir las normas de desinfección de la herida y cambios de apósitos para evitar una posible infección.
Desde el punto de vista del paciente
Estas úlceras llegan a provocar hasta amputaciones y resulta desesperante para los que las sufren, ya que apenas hay soluciones efectivas.
Hemos podido hablar con un paciente que se ha sometido a este tratamiento en la clínica mencionada: «Realizaba mi cura todos los meses, pero ningún médico me ofrecía ninguna alternativa. Hasta que conocí a la doctora Freitag y no dude en someterme a este tratamiento».
Además, afirma que sus úlceras fueron cerradas en tan solo tres sesiones (una cada 15 días) y que, a día de hoy, no ha vuelto a tener ninguna molestia. Únicamente muestra una atención especial a sus pies como es lógico y les somete a una correcta hidratación para no tener que volver a enfrentarse a estas dolorosas úlceras. El paciente ya puede hacer vida normal.