Las familias tienen sus propias estrategias para evitar que las y los adolescentes de la casa corran riesgos al conectarse a internet. Muchos les explican en qué consisten (38%), limitan las horas a las que pueden conectarse (30%), ayudan a sus hijos e hijas a actuar frente a posibles riesgos (25 %) y les siguen en redes sociales (23%) para tener bajo control lo que publican. Además, casi la mitad de los hogares consensúan las normas, pero un 36% de los menores saben cómo saltarse las apps de control y más de tres de cada 10 lo hacen de forma efectiva.

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