Algo más de 26 años después del desastre ecológico que provocó un daño medioambiental sin precedentes en Andalucía, puso en jaque a Doñana e hizo cambiar hasta la legislación europea, la mina de Los Frailes, ubicada en Aznalcóllar (Sevilla), volverá a ver trasiego de camiones y trabajadores más pronto que tarde en sus 950 hectáreas de superficie.
El Correo de Andalucía, del mismo grupo editorial que este periódico, ha visitado este miércoles la mina de Aznalcóllar, una infraestructura que se encuentra aún sin gran movimiento, aunque previsiblemente le queda poco tiempo de calma. Muchos han sido los acontecimientos sucedidos hasta llegar hasta aquí. Vaivenes judiciales, largas esperas y un debate social sobre la mesa: entre la seguridad ambiental por recuperar la actividad en la zona tras el varapalo que supuso el vertido de 1998 y la necesidad de generar empleos y riqueza en una zona eminentemente minera situada sobre «una joya» como es la Franja Pirítica Ibérica.
Minera Los Frailes (MLF) -sociedad participada de manera mayoritaria por el gigante del sector Grupo México y titular de los derechos mineros adjudicados en el concurso internacional de Aznalcóllar- espera que la Autorización Ambiental Unificada, en manos de la Consejería de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Economía Azul, llegue en los próximos días. «Prevemos empezar con el proyecto de manera inminente», ha destacado a este periódico Miguel Ángel González, director de Operaciones de la sociedad.
Permiso de actividad
Una vez solventado este trámite, aún le quedaría un fleco que resolver, el permiso de actividad, en manos de la Consejería de Industria, Energía y Minas, que dirige Jorge Paradela, aunque desde la mina pronostican que este paso no se alargue en el tiempo.
De hecho, vaticinan que este mismo verano puedan empezar ya a trabajar en las nuevas instalaciones necesarias para comenzar con la explotación minera en sí, una actividad que no llegará hasta 2027, 26 años después de su cierre -ya que la actividad en la mina continuó hasta 2001, tres años después de la fractura de la balsa de residuos de metales pesados del complejo minero, explotado entonces por Boliden-Apirsa-.
Antes de esa fecha, queda mucho por hacer. Serán 2.000 los trabajadores que participarán en toda esta reconversión para cumplir con los parámetros exigidos y poner la mina en marcha en tres años y que, a partir de entonces, estará operativa 20 años. En concreto, a lo largo de sus operaciones, generará más de 1.200 empleos de alta cualificación y un estimado de 800 empleos inducidos.
La gestión del agua
Una de las cuestiones que más apremian es la construcción de una nueva planta depuradora que resuelva uno de los asuntos más controvertidos: la gestión del agua. Este tema ha traído consigo gran oposición tanto de grupos ecologistas como de partidos políticos, aunque desde Minera Los Frailes defienden que están trabajando especialmente en este punto para cumplir con todos los requisitos legales exigidos para garantizar que no se produzca otro desastre como el acontecido cuando la explotación de la mina estaba en manos de la sueca Boliden. Hay que recordar que entonces se vertieron casi 7.500 millones de litros de lodos tóxicos y aguas ácidas cargadas de metales pesados que arrasaron los cauces del río Guadiamar y Agrio.
«En primer lugar, hay que aclarar que este proyecto no tiene balsa de relave [lodos] o de ‘tailing’ como la que se rompió en el 98; en segundo, que al proyecto actual llega agua contaminada que es necesario gestionar haya o no actividad minera y, en tercer lugar, que dicha depuración se va a hacer cumpliendo la normativa europea que está dentro de los estándares más exigentes del mundo y que habrá un plan de vigilancia y control gestionado por una empresa autorizada por la administración independiente, que va a controlar la calidad del vertido y la calidad del estuario todos los días durante el proceso de emisión», ha asegurado a este periódico Enrique Olivas, gerente de Geología de Minera Los Frailes.
450 millones de inversión
Las infraestructuras para la gestión hidráulica del proyecto supondrán un desembolso de 60 millones de euros, –Aqualia es la preadjudicataria de la construcción de la planta de tratamiento de aguas de la mina-. Actualmente, el proyecto cuenta con una inversión total de 450 millones de euros.
Además, el proyecto prevé la construcción de una tubería de 30 kilómetros para llevar las aguas tratadas al estuario del Guadalquivir, a la altura del Estadio de la Cartuja, tal y como le exige la administración.
En este momento en el perímetro de la mina hay dos cortas -yacimientos-, Los Frailes y Aznalcóllar, que acumulan 14 millones de metros cúbicos de agua de contacto con metales y que están circundadas por escombreras que quedaron abandonadas en 1998.
Junto a la depuración total, se tomarán diversas medidas para evitar que se vuelvan a generar nuevas aguas de contacto en la zona, informan desde Minera Los Frailes, como el sellado total de la corta de Aznalcóllar con material impermeable (para evitar la contaminación con el contacto de los antiguos pasivos mineros), así como una red de infraestructuras que almacena el agua en una nueva balsa en caso de que haya precipitaciones extraordinarias.
Oposición de asociaciones ecologistas
Por su parte, asociaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeace han mostrado durante todo el proceso su rechazo total y activo a la reapertura de la mina, al considerar que las aguas, a pesar del tratamiento que se llevará a cabo por parte de Minera Los Frailes, contendrán carga contaminante que se descargaría en el estuario del Guadalquivir en cantidades muy elevadas de metales y metaloides potencialmente tóxicos.
De hecho, el área de Minería de Ecologistas en Acción ha convocado este jueves a los medios de comunicación para abordar la situación de las autorizaciones para la reapertura de la Mina de Los Frailes en Aznalcóllar y el «incumplimiento sistemático de las obligaciones ambientales de Minera Los Frailes» y «la»situación judicial del proyecto PMR de Cobre Las Cruces ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía».
Mientras tanto, el alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández (IU), pidió este mismo martes a las autoridades correspondientes, especialmente a la Junta de Andalucía, «no demorar más» los permisos necesarios para la reapertura de la corta minera de Los Frailes, cerrada en enero de 2002.
Zinc, cobre y plomo
Minera Los Frailes será una mina de zinc, cobre y plomo. En ella la extracción del mineral no se efectuará a cielo abierto, como en el pasado, sino que se desarrollará totalmente en interior. Habrá una planta de tratamiento de mineral que procesará 2,7 millones de toneladas de estos minerales cada año. El objetivo es obtener 170.000 toneladas anuales de concentrado de zinc, 55.000 toneladas de plomo, 13.000 toneladas de cobre.