A tres años del estallido social que remeció a Cuba, el Gobierno evita cualquier alusión directa a aquellas horas inéditas que han dejado su marca indeleble en la isla. Las causas de aquella protesta siguen latentes porque la deriva económica, los apagones y el desencanto colectivo son su fuente nutricia. No obstante, el liderazgo apenas se limita a poner el acento en los efectos de la política norteamericana en todos sus niveles, desde el económico al que califican de desestabilizador. «Desde hace tiempo venimos alertando a EEUU sobre terroristas que operan contra Cuba desde Florida. Sin embargo, continúan actuando impunemente. ¡Eso sí es ser un Estado patrocinador del terrorismo! ¡Evidente cinismo imperial!», se pronunció el presidente Miguel Díaz Canel a través de su cuenta en la red social X.



Fuente