Es una de las campeonas mundiales en el negocio de la moda ‘online’. Sus ventas han pasado de rozar los 2.000 millones de euros a superar los 30.000 millones en cosa de cinco años. Tanto ha crecido la compañía, que sus metas ya pasan por la bolsa de Nueva York. Lo único que empaña tan disparado crecimiento son dos acusaciones: una que viene de lejos, pero que ha acentuado un senador estadounidense al solicitar recientemente al departamento de Seguridad Nacional del país que investigue posibles violaciones de la ley de prevención del trabajo forzoso; y otra, capitaneada por Greenpeace, que es la crítica por su alto impacto medioambiental. Pero, a juzgar por lo anunciado este miércoles, Shein está moviendo ficha para mejorar su situación.

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