El joven Eren no soporta más el dolor de haber perdido a su madre. A pesar de que van pasando los días desde su muerte, aún no levanta cabeza. El hermano de Aybike intenta adaptarse a esta nueva situación, pero los recuerdos le invaden y es imposible.

Tolga es consciente del dolor que está sintiendo su amigo, pero en esta situación, él no puede hacer nada más que apoyarle. Así que después de ver como Oğulcan discutía con varias personas, decide llevarlo a un desguace de coches para que suelte toda su ira.

Entre lágrimas, el hijo de Orhan le dice a su amigo: “Tolga yo adoraba a mi madre, cuando sonreía iluminaba el mundo entero” Y tiene toda la razón, la risa de Sengül enamoraba a cualquiera.

Bajo la lluvia y golpeando un coche que estaba allí, gritaba: “Quiero que mi madre vuelva”. Destrozado por el dolor, su amigo le da el mejor de los consejos: “Llora hasta que no te queden lágrimas”.

Unas palabras que, aunque no puedan devolverle el cariño de su madre, hace que sienta el calor de un amigo de verdad.

Fuente