Álvaro Morata estaba en el centro de todas las miradas en la semifinal de la Eurocopa entre España y Francia. Sus declaraciones en una entrevista con El Mundo en las que dejaba su futuro en el aire unos días después de ratificar que se quedaba en el Atlético de Madrid y, sobre todo, su insistencia en denunciar la persecución que sufre en redes sociales  y algún artículo de prensa en el que se le llegó a faltar el respeto y que provocó la reacción de Alice Campello, su mujer, le situaban en el ojo del huracán.

Pero Morata respondió en el terreno de juego. No gozó de una sola ocasión para marcar, pero dio una lección de lo que debe hacer un delantero cuando no dispone de oportunidades: trabajar para el equipo. Algo que suele hacer siempre pero que en Munich elevó a la máxima expresión, con un derroche de compromiso defensivo y liderazgo para contribuir en el pase de la selección española a la final de la Eurocopa. Vacío, fue sustituido en la segunda mitad del choque.


Momento en el que un miembro de seguridad de la RFEF resbala y golpea a Morata.

Alex Grimm / Getty

El susto llegó una vez finalizado el choque. Cuando los jugadores españoles celebraban el triunfo junto a los aficionados en el fondo, un espontáneo saltó al campo. Miembros de seguridad de la UEFA y de la propia RFEF reaccionaron de inmediato para detenerle y uno de ellos resbaló, golpeando en la pierna derecha a Morata, que quedó lastimado.

El delantero madrileño se fue cojeando del terreno de juego entre la preocupación de compañeros como Rodri o Carvajal, del seleccionador Luis de la Fuente y del médico del combinado nacional, el doctor Celada, que también lo es del Atlético de Madrid.

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