Federico M. es profesor de inglés del Colegio Madre Josefa Campos del municipio valenciano de Alaquàs desde hace 36 años. Licenciado en Filología Inglesa por la Universitat de València (UV), ha participado en numeras conferencias invitado por universidades privadas valencianas y durante 17 años fue el presidente de la Asociación Católica de Maestros de Valencia.

Desde el pasado fin de semana está en el punto de mira. Varios de sus alumnos denunciaron a este profesor ante la Generalitat Valenciana por presuntamente someter a menores de edad a terapias de conversión sexual.

Al parecer, el profesor llegó a ofrecer pastillas al alumnado y realizaba sus ejercicios de conversión en el propio centro escolar y en horario lectivo. La denuncia se ha presentado ahora por parte de jóvenes, de hasta 27 años, que fueron alumnos de este colegio concertado, aunque los hechos a los que se refiere pasaron hace años.

«En varias ocasiones me abordaba en el recreo y me comentaba que yo tenía un problema grave, pero que no me preocupara porque tenía cura y Dios estaba de mi lado. Me pasó en varias ocasiones», recoge uno de los testimonios destapados en los últimos días por el diario Levante.

En la denuncia, los jóvenes aseguran que este profesor les sometió a terapias de conversión sexual y uno de ellos expone que el docente «le ofreció una pastilla para curar la homosexualidad«.

La Conselleria de Educación avanzó este lunes que va a poner en conocimiento de la Fiscalía la denuncia sobre terapias de conversión sexual. Así lo anunció el secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy, acerca de la denuncia por estas prácticas, prohibidas expresamente por la legislación valenciana. 

«Tras tener conocimiento de los hechos supuestamente acaecidos en un centro concertado de Alaquàs, la Inspección Educativa ha tomado cartas en el asunto y ha elaborado un informe que es taxativo: la ley ha de ser cumplida», dijo McEvoy.

El secretario autonómico reiteró que, si la investigación de la Fiscalía confirma los hechos, «se estaría hablando de la comisión de un delito». Por lo tanto, subrayó, «tras emitir este informe la Inspección Educativa, la Conselleria va a poner en conocimiento del Ministerio Público estos suceso«.

De perfil ultra conservador, Federico M. lleva toda su vida vinculado a la docencia en la Comunitat Valenciana. Durante su etapa como presidente de la Asociación Católica de Maestros de Valencia, se posicionó en contra de la asignatura de Educación para la Ciudadanía planteada por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y denunció vivir «en una sociedad a la que le han arrancado la esperanza por completo».

Además, organizó varias charlas sobre las «implicaciones educativas» de la ley del aborto y participó en jornadas sobre educar en la fe o la adicción a la pornografía.

Federico M. también ha participado en reuniones con el Arzobispado de Valencia. El profesor dirige el Centro de Orientación Familiar (COF) Mater Misericordiae de la capital del Turia y el pasado mes de febrero se reunió con el arzobispo Enrique Benavent.

En la reunión fue presentada la labor que desarrolla la entidad desde que se puso en marcha en 2014, y que tiene como objetivos «acoger, ayudar a discernir y acompañar a las personas o matrimonios que tienen o han tenido sufrimientos en las relaciones interpersonales o en su proceso de maduración», según aparece en la nota difundida a los medios tras el encuentro.

Se trata de ofrecer un «hospital de campaña que acoge y acompaña los sufrimientos de muchas personas y les da una respuesta adecuada a nivel profesional pero también desde el magisterio y la maternidad de la Iglesia que sana los corazones y las heridas y ofrece la oportunidad de una vida nueva», destacó el profesor investigado.


Fachada del centro en el que trabaja el profesor denunciado.

Google Maps

Los COF

Los COF son una especie de asociación pública de fieles, que tiene sus propios estatutos, y muchos de ellos desarrollan sus actividades en instalaciones propiedad de la Iglesia.

Son centros que ofrecen un servicio de atención integral «a los problemas familiares en todas sus dimensiones, a la luz de la antropología cristiana y de la verdad sobre el matrimonio y la familia» a juicio de la Iglesia.

«Son unas asociaciones de fe vinculadas a la Iglesia, pero con personalidad jurídica propia. Son los encargados de implementar la parte más social de la doctrina de la Iglesia, es decir, acompañar a las familias que están pasando por un proceso de divorcio, también hacen terapia de pareja o cursos para novios», apunta en declaraciones a EL ESPAÑOL Saúl Castro, abogado gallego especializado en asuntos de derechos humanos y autor de Ni enfermos ni pecadores, la violencia silenciada de las terapias de conversión en España.

«En ese marco, muchos COF implantan temas en contra del aborto y el fomento de la natalidad, y otros realizan itinerarios para ‘madurar la identidad’ y dejar de ser homosexual, que es lo que hace este profesor», explica.

Saúl Castro también preside la Asociación Española Contra las Terapias de Conversión y lleva advirtiendo desde hace años de las prácticas de este profesor valenciano destacando su nombre y apellidos en diversas entrevistas en medios de comunicación.

«Esta información la obtuvimos por el trabajo que hacemos con las víctimas. Muchas de ellas no han querido denunciar los hechos antes por sus situaciones personales, pero nos han dado datos y documentación que confirman que esta persona ha estado vinculada al trabajo que se hacía en el COF de terapias de conversión».

A este experto no le ha sorprendido el caso destapado en Valencia porque «yo sé que este señor lo hacía«. «El problema que hemos tenido desde la asociación estos años es encontrar a gente que quisiera denunciarlo y verbalizarlo. Por eso vamos a ejercer acciones y facilitar a la Fiscalía toda la información que tenemos para que pueda contextualizar lo que ha pasado«.

Además, asegura que la Iglesia valenciana estaba al tanto de estas denuncias. «Los obispos conocían estas cosas, no lo creo, lo sé«.

«Una de las víctimas nos contó que había tenido una reunión con personas del Arzobispado y trasladó que desde el COF, específicamente las personas que aparecen en esa fotografía que se envió a los medios de comunicación, practicaba de manera sistemática terapias de conversión a personas homosexuales«. 

Según la información de la que dispone esta asociación, «la reacción del arzobispo fue de sorpresa, pero no implantó ni dictó ninguna orden para que se cesara en este acompañamiento».

Reunión del arzobispo con Federido M. y el resto de integrantes del COF.


Reunión del arzobispo con Federido M. y el resto de integrantes del COF.

Terapias peligrosas

El libro de Saúl Castro es fruto de una investigación realizada durante años y alerta de los peligros de estas terapias.

«Las víctimas con las que hemos trabajado y denunciado estos hechos han tenido tentativas de suicido, autolesiones, cuadros depresivos enormes, insomnio, trastornos de la conducta alimentaria o problemas para entablar relaciones afectivas con personas de su mismo género, además de problemas de autoestima o malos resultados académicas».

Pese a que están prohibidas por la ley, las terapias se realizan en determinados centros con total impunidad porque en muchas ocasiones no se denuncian. «Estas terapias son una tortura, es gente que te convence y te reafirma en la idea de que tú puedes anular tu identidad. Les han convencido de que esas violencias son necesarias para tener una vida feliz».

«Les convencen de que se puede curar, les meten miedo y les dicen que las relaciones entre hombres o mujeres no son sanas o positivas, sino que son relaciones de dependencia y que pueden contraer infecciones o hay mucha más promiscuidad. Aprovechan todos los esteorotipos o estigmas para poder bombardear un mensaje que desgraciadamente también está presente en una parte de nuestra sociedad», detalla Castro.

El Arzobispado de Valencia mantiene que «no consta que se hayan realizado practicas de este tipo», pero que ante las denuncias «realizará una investigación sobre las actuaciones que se han conocido».

Asimismo, manifestaron que «no ha llegado ninguna queja de personas que hayan sido atendidas en el COF y destacaron que no es un organismo oficial de la Diócesis, sino una asociación pública de fieles, que tiene sus propios estatutos». 

Fuente